Mira, el lío con Rafael Devers fue un desastre total. En enero del 2023, los Medias Rojas de Boston dijeron que habían firmado un contrato de 11 años y 331 millones de dólares con Devers, el trato más grande en la historia de ellos. Este tigre tiene un bate que mete miedo, pero en defensa, bueno, ahí hay que trabajar.
El jefe de operaciones de béisbol de los Medias Rojas era Chaim Bloom, pero ocho meses después, en septiembre, lo botaron y pusieron a Craig Breslow en su lugar.
El lunes pasado, cuando apenas estaban empezando los entrenamientos de primavera, se armó un rebú feo. El dirigente Alex Cora dijo bien claro que con la llegada de Alex Bregman, que defiende mejor, Devers tendría que moverse de la tercera base. "Chaim ahora está en San Luis y tenemos un nuevo jefe", soltó Cora en Fort Myers.
Pero aquí viene el lío: parece que nadie le había dicho nada de eso a Devers, y él se puso pa' su número, diciéndole a la prensa que él no se mueve, que él es tercera base.
Los Medias Rojas de verdad que manejaron esto de la peor forma posible con el jugador más caro que tienen, y al que todavía le quedan nueve años en el contrato. Después de pasar todo el invierno buscando a otro tercera base, primero tanteando a Nolan Arenado y al final quedándose con Bregman, Boston pudo haberle dicho a Devers lo que estaban planeando para evitar ese show tan feo del lunes.
Ahora están en un lío con el tipo que el año pasado era la cara del equipo.
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