Mira, te voy a contar lo que pasó en un lenguaje más del barrio. Jesús Ramírez, uno de los tigueres que sobrevivió al desplome en la discoteca Jet Set, dijo que él no tenía un motivo especial pa' ir esa noche. Solo quería estar en coro con sus panas y gozar con la "buena música" del merenguero Rubby Pérez.
"En lo único que pensaba era en mi hija de seis años y en mi esposa. Sentía que nunca volvería a verlas", eso fue lo que dijo Jesús, to' asustao, después del lío que se armó.
El pana fue al party con varios amigos, y lamentablemente, una de las amigas murió en el lío, pero los otros corrieron con suerte y salieron vivos de ahí.
Dice que no tenía un motivo especial pa' ir, solo quería compartir con sus amigos y disfrutar de la "buena música" del merenguero Rubby Pérez, que también murió en el desastre.
Todo estaba chilling durante la noche, hasta que después de las doce, algo se cayó en el área de baile. "Fue como un plafón, pero no lo vi bien porque estaba lejos, yo estaba cerca de la tarima. La música siguió sonando. Tres o cuatro minutos después... todo se vino abajo", contó Jesús.
El derrumbe fue de repente, y Jesús quedó pillao bajo los escombros desde la cintura pa' abajo. "No podía moverme, pero tenía las manos libres. Pude alcanzar mi teléfono y avisar a mis familiares lo que estaba pasando", dijo.
Lo sacaron de ahí entre las 5:30 y las 6:00 de la mañana. "Mientras estaba allí, sin poder hacer nada por salvar mi vida, solo pensaba en mi hija... que no podría verla crecer. Pensaba en mi esposa, que tal vez no la volvería a ver nunca más", dijo con mucha pena.
Recuerda que se armó un caos en ese sitio. "Se escuchaban muchos gritos, gente pidiendo ayuda, otros llorando del dolor...", contó con dificultad.
Jesús Ramírez, que tiene 35 años, está estable pero en un estado delicado. El peso de los escombros le hizo mucho daño, sobre todo en los riñones, y por eso lo tienen en diálisis. También se le fracturó la pelvis y se le desgarró el fémur.
Diario Libre habló con él en una habitación del Hospital Ney Arias Lora. Su mamá, Amelicia Bayas, contó que lo van a llevar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) porque los médicos quieren chequearlo de cerca y ver cómo va mejorando.
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