"Yo no confío en la Policía": el sufrimiento de la mamá de Jhon Kohr, quien murió mientras estaba con los agentes.

El sargento que dicen que mató al muchacho lo mandaron pa'l Centro de Operaciones Especiales

La mamá de Kohr dice que eso es un trato preferencial

Con los ojos llenos de lágrimas y caminando despacito, Ana María Reyes bajaba las escaleras del Palacio de Justicia de Santo Domingo Oeste.

Acababa de oír que la Oficina de Atención Permanente le dio dos meses de prisión preventiva al sargento de la Policía Nacional Ángel Luis Buten Almonte, ese que dicen que mató a su hijo, Jhon Kohr Reyes. El pobre murió en manos de la policía y su cuerpo apareció en la morgue días después.

Ana tenía la cara tensa, el alma hecha pedazos y soltó una frase con fuerza: "Yo no confío en la Policía".

Desde el 20 de febrero, Ana vive un infierno. Esa fue la última vez que vio a su hijo vivo, cuando lo agarraron en una redada en el barrio Enriquillo, en Herrera. Jamás pensó que su búsqueda desesperada acabaría en la morgue, encontrándolo muerto sin ninguna explicación.

El joven de 22 años, que se ganaba la vida lavando carros, fue llevado al destacamento de Buenos Aires de Herrera y días después lo hallaron muerto, con signos de violencia.

El informe del Instituto Nacional de Patología Forense dice que murió por un golpe fuerte en el pecho que le alteró el corazón hasta pararlo. Tenía golpes, los pulmones y el cerebro inflamados, y rastros de sustancias prohibidas.

Ayer, el tribunal decidió que el acusado cumpla la medida en el Centro de Operaciones Especiales, en Manoguayabo. Pero para Ana María, eso no es justicia, es un privilegio por ser policía.

"No estoy de acuerdo, yo quería que lo mandaran para La Victoria, no para ahí. En Operaciones Especiales ellos salen los fines de semana, hacen su avería... eso no es una cárcel, es un resort", reclamó entre lágrimas.

Para ella, el dolor sigue, no basta con una medida cautelar. Tiene miedo, desconfianza y se siente desprotegida. Dice que la han amenazado.

"Si a mí, y a mi otro hijo, nos pasa algo, los responsabilizo a ellos", advirtió, refiriéndose a los policías involucrados.

Por otro lado, el abogado del policía, Ysmael Molina, defendió a su cliente y le quitó responsabilidad:

"Nosotros acogemos la decisión del tribunal. Lamentablemente, hay un hecho: una persona perdió la vida, le dio un infarto debido a la condición de salud que tenía y, según lo dice la autopsia, la fiscalía presentó a un miembro de la Policía como si fuera el responsable", declaró.

Dijo que esperarán los dos meses y el policía saldrá libre.

Pero mientras el proceso apenas empieza, Ana María Reyes ya vive con una condena sin apelación: la pérdida de su hijo. Y repite con dolor: "Yo no confío en la Policía".

El expediente del Ministerio Público dice que el 21 de febrero de 2025, a eso de las 3:00 de la madrugada, arrestaron a Jefferson Reyes Marmolejos y Jhon Kohr Reyes. Ambos los llevaron al destacamento de Buenos Aires.

El documento dice que las cámaras de seguridad frente al destacamento captaron cuando los policías llegaron con los detenidos esposados en dos motores.

Después, llegó una camioneta de la Policía; se bajaron varios agentes que hablaron con otro policía que estaba adentro, quien no apagó las luces del lugar.

Luego, los policías salieron del destacamento con Jhon Kohr Reyes, que parecía desmayado, y Jefferson Reyes Marmolejos, ambos todavía esposados. Los subieron a la camioneta y se fueron.

Sin embargo, al revisarlo, el personal médico confirmó que tenía rigidez cadavérica, no respondía a estímulos y no tenía pulso. Lo declararon muerto.

Ana María Reyes, al amanecer, fue al destacamento, pero allí le dijeron que su hijo no estaba ahí. Luego fue a otros destacamentos, como el de Las Caobas y el del kilómetro 9 de la Autopista Duarte, sin respuestas.

Después, el 1 de mayo de 2025, a Skener Rodríguez Reyes, hermano del fallecido, le llegó un audio donde el acompañante del difunto expresó miedo de hablar por temor a ser asesinado.

En la grabación acusó directamente al agente apellidado Almonte como el responsable de la muerte el 21 de febrero, al sargento Ángel Luis Buten Almonte, miembro de la Policía Nacional.

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