Cuando la acción habla más que mil palabras: la traición emocional en el amor
Pregunta: ¡Wepaaa, doctora! Estoy quillá con mi jevo. Tengo cinco años con él, siempre he estado ahí en las malas y en las peores. Hace un año, él heredó algo de cuartos y me vendió el sueño de montar un restaurante, que siempre ha sido mi sueño. Me dijo que lo íbamos a poner a nombre de los dos, pero ¡sorpresa! me dejó con el menú y los planes en la mano y abrió el restaurante para su hermano en RD, a mis espaldas. Me sentí en el aire y ahora estoy rota. Todo lo que hace es pa’ su familia, pero cuando se trata de mí, siempre sale con que no hay cuartos y que tenga paciencia. Me siento chiquita, porque me duele ver cómo para su corillo siempre hay, pero para mí, nunca.
Hola, mi amor. Lo que cuentas es un ejemplo clarito de lo que los psicólogos llaman traición, y no tiene que ser infidelidad física. Tu jevo ha tomado decisiones importantes, como esa del restaurante, sin contar contigo. Aunque algunos dirían que ese dinero no era tuyo para decidir sobre él, el lío aquí es que él no fue sincero. No te dijo de frente que prefería invertir en el negocio con su hermano, y eso es falta de respeto y consideración para ti.
Si en todos estos años te ha demostrado que su familia siempre está primero, tienes que pensar bien en eso. Sus acciones hablan clarito: las mentiras, la falta de tiempo para ti y cómo siempre pone a su familia por encima. Esto no solo te baja la moral, también te afecta en lo emocional.
No te sientes a esperar que él cambie; es importante que hables claro. Si después de eso no ves cambios, quizá es hora de preguntarte si estás en la relación correcta. A veces, no se puede forzar, y si tu jevo no está dispuesto a darte lo que mereces, puede ser tiempo de buscar otro rumbo. No vale la pena estar en algo que te hace daño, tanto en lo físico como en lo mental.
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