La cantante y actriz mexicana nunca dejó de lado el sueño del rock
Aunque todo el mundo la conoce por su música pop, la mexicana Ximena Sariñana nunca se olvidó de su sueño rockero y al fin pudo acercarse a ese estilo con su nuevo EP "Rompe", que salió el jueves.
"Es quizás el más guitarrero que he hecho, donde me atreví más a soñar con estar en una banda de rock", dijo en un corillo de periodistas en una cafetería y foro punk-rock de la Ciudad de México. "Me gusta que la gente conozca esa parte de mí".
El EP tiene canciones como "Nada", "Rompe", "Chispa roja" y "Fiesta en mi habitación", que se grabaron hace casi dos años. Ahora las va a cantar en una gira por Estados Unidos, parando en sitios como Los Ángeles, San Diego, Austin, Houston, Chicago, Nueva York y Miami, y también le va a dar pa' Santo Domingo en República Dominicana.
"Ahora que las vuelvo a cantar es muy padre presentarlas en vivo", comentó. "Son canciones que en vivo siento que lucen bastante".
El tema que le da nombre al EP tiene una frase que a Sariñana le encanta: "Que todo sea todo o nada".
"Es al final mi estandarte, mi manera de vivir, quiero darlo todo, quiero sentirlo todo, lo bueno, lo malo, lo horrible, lo rarísimo", dijo. "A veces siento que con la edad uno tiende a querer como bajarle a los niveles de intensidad, pero también le bajas al sentir".
Con esa canción y "Chispa roja", quiere decir que nunca es tarde pa' soñar y buscar lo que a uno le hace feliz, aunque sea probando un estilo más rockero.
"Está padre como mujer dar ese mensaje, que nunca es tarde para perseguir tus sueños y nunca debes dejar de ser tú y de abrazarte y buscar ser la versión más fiel de quién eres", comentó Sariñana, que tiene 39 años y es madre de dos con el fotógrafo Rodrigo Rodríguez.
El año pasado, ella estuvo en el equipo de productores del primer festival Hera en la Ciudad de México, que solo tenía artistas mujeres y bandas lideradas por mujeres. Dijo que este año están en pláticas y pronto podrían haber noticias sobre una segunda edición.
Recientemente, la escena de festivales en México pasó por un trago amargo con la muerte de dos fotoperiodistas en el Festival Ceremonia por la caída de una grúa.
"Es una tragedia lo que pasó, definitivamente hubo una negligencia", señaló Sariñana. "Al final da mucha tristeza y nos hace reflexionar mucho sobre el estado de las industrias creativas. Eso obviamente es un tema que hay que revisar con mucha profundidad, pero sobre todo creo que lo que se requiere ahora es mucha solidaridad, sobre todo, solidaridad con las familias de los afectados".
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