El duro escritor colombiano William Ospina llegó al patio gracias a la invitación de la Unión de Escritores Dominicanos, que lidera la escritora Emilia Pereyra. Este tipo es un monstruo narrando, haciendo poesía y ensayando sobre la vida. Él no solo escribe bonito, también tiene un ojo crítico pa' ver el mundo.
Después de pasar años en el periodismo, ha dejado sus pensamientos bien plasmados en los periódicos y revistas más importantes de Colombia. Habla de todo: desde la realidad socioeconómica, el medio ambiente, la violencia, la política, y ahora hasta de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Ospina vino a Quisqueya la Bella pa' dar una conferencia bacana llamada “Memoria y narrativa” en la sala Aída Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña. Ahí, fue aplaudido por su trabajo como escritor y su impulso a la cultura latinoamericana, recibiendo un reconocimiento de la Academia Dominicana de la Lengua.
El 20 de abril, se juntó con un corillo de escritores, muchos jóvenes, en el Centro Cultural Perelló en Baní. De su tiempo en la isla, le dijo a Diario Libre: “Han sido unos días maravillosos, hace un tiempo que no venía a RD. Ha sido un viaje muy grato”.
El hombre dijo que su charla en la BNPHU fue sobre el arte de narrar y cómo cada vez es más importante contar historias en el mundo occidental. Y sobre el encuentro con los jóvenes en Baní, él dice que fue una conversación bien chula con un público súper participativo y entusiasta, “un grupo de escritores del sur con los que tuvimos un buen encuentro”.
Ospina dice que la literatura está vivita y coleando, aunque a veces parezca que se lee menos que antes. De hecho, ahora mismo está la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en la Zona Colonial, y va a estar full hasta el 2 de mayo. “Nunca se habían publicado tantos libros como ahora”, dice él.
Él cree que hay que escribir no solo de los temas de siempre, sino también de lo que pasa hoy en día y los retos que enfrentamos. “La novela es el género más vivo de esta época y el que tiene más éxito editorial”, dice el tipo que ganó el Premio Rómulo Gallegos en 2009. A los jóvenes, les recomienda que sigan escribiendo sus ideas y sentimientos.
Muchos dicen que es un escritor híbrido, porque le mete a todo: poesía, novela, ensayo, columnas… Cuando le preguntan si está de acuerdo con eso de que no se encasilla, él dice que sí. “Sí, las clasificaciones no me sirven de mucho. Lo que sí es que a mí me interesa la literatura como todo. Me gusta mucho la poesía, me gusta el ensayo, la novela, trato de escribir en todos esos géneros. Me gustaría ser cuentista, pero hasta ahora no he logrado serlo”.
Ve la poesía como un “laboratorio de experimentos verbales”. De su obra, resalta la Antología Poesía 1974-2004, “El país del viento” (1992) y “¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua?”. Sus ensayos son su fuerte para impactar la opinión pública, y eso se ve en sus escritos en los periódicos y revistas colombianas. Le encanta porque se pueden hacer “reflexiones, pensamientos y argumentación que se despliegan en los ensayos”.
Su obra más reciente en ensayos se llama “Ensayos”, publicada en 2021, donde en 385 páginas le mete mano a la realidad social de Colombia, desde la violencia hasta la política.
Y para dejar volar la imaginación, William Ospina dice que en la novela tiene la libertad de explorar la conducta humana y la aventura de los individuos. Tres de sus novelas más importantes son “La trilogía Ursúa” (2005), su primera novela, “El país de la canela” (2008) y “La serpiente sin ojos” (2012). “Si, esos lenguajes distintos, esas tonalidades distintas de la lengua seguramente definen un tipo de curiosidad por la literatura y un deleite con el ejercicio de escribir”, reflexiona.
Libros favoritos
Así como hay canciones favoritas que no siempre son las más famosas, pasa lo mismo con los libros. Para Ospina, uno de sus favoritos es “El país del viento”, que le tiene mucho cariño, y el libro de ensayos “Es tarde para el hombre”, una reflexión sobre el mundo contemporáneo que escribió hace 30 años y que todavía sostiene cosas en las que "sigo creyendo con más firmeza”.
Una novela especial para él es “El año del verano que nunca llegó” (2015), donde recuerda grandes clásicos de la literatura como Frankenstein o El vampiro, y que disfrutó mucho escribiendo y buscando.
William Ospina ha escrito sobre el folclor y la cultura colombiana, ya que fue redactor de la edición dominical del diario La Prensa de Bogotá (1988 a 1989), y columnista de El Espectador. Eso le viene desde chamaquito, pues su papá, Luis Ospina, era músico. “Las canciones de todos los países forman un cuerpo poético”, dice él.
Él ve que hay una conexión entre la música, el periodismo y lo cotidiano. Como ha dicho en sus escritos, Ospina concluye que hay que seguir escribiendo. “El mundo vive grandes peligros, nuestra época ha visto cosas que no se habían vivido nunca antes”.
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