En el Distrito Nacional hay un corito de edificios, tanto del gobierno como privados, que están parados y echándose a perder desde hace pila de años. Algunas vainas son por pleitos en los tribunales, otras porque los dueños no le ponen asunto. Donde están esas construcciones, el área se ve como un campo de guerra.
Algunas de esas edificaciones tan cubiertas de yerba, escondidas entre unos árboles grandísimos y llenas de basura. Unas se han vuelto basureros de escombros donde viven ratas, lagartos, mosquitos y a veces hasta gente sin hogar y delincuentes. Las fachadas, más feas que el diablo, desentonan con el área que de por sí es chévere y limpia.
Una de las más conocidas es el viejo Hotel Agua y Luz en el Centro de los Héroes. Se inauguró en 1955 y ya lleva más de tres décadas sin uso. En su tiempo, fue el sitio tope para shows artísticos en los años 50, 60 y 70. En el 2016, el Estado dominicano lo rentó por 25 años a la Consultoría Astur por 1.5 millones de pesos. Pero desde entonces, el lío está en la justicia y en el 2022, el Tribunal Superior Administrativo canceló el contrato con la empresa de un hijo del político Miguel Vargas Maldonado.
Cerca del Agua y Luz está la sede de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana, que también estuvo abandonada durante mucho tiempo. Aunque recuperaron parte del edificio y pusieron oficinas con cristales, la estructura en forma de cúpula todavía se está cayendo a pedazos.
Por Los Cacicazgos, al lado del Hotel Dominican Fiesta, hay una construcción que tiene 17 años en pleito. La vaina tiene siete pisos y la Junta de Vecinos paró la obra porque dicen que tiene más pisos de los permitidos. El presidente de la Junta, Roberto Leonel Rodríguez, dijo que la Suprema Corte de Justicia ha ordenado varias veces la demolición de la Torre de Plata, pero el caso sigue enredado en los tribunales.
En San Gerónimo, hay una vieja terminal de autobuses que está olvidada desde los años 90 por un lío familiar entre los Bermúdez. La maleza se ha tragado el lugar, aunque todavía se ven partes de lo que serían estaciones de autobuses y hasta una vieja gasolinera.
Por la calle Francia, cerca del Palacio Presidencial, hay una casa con forma de barco que fue construida en 1936. Estuvo abandonada, pero ahora el Ministerio de la Vivienda está metiéndole mano para arreglarla.
En el Malecón de Santo Domingo, hay dos edificios de 20 pisos frente a Güibia que llevan años sin terminarse. Uno iba a ser el Hotel El Prado, pero está parado desde el 2007 por un lío legal. El otro, la Torre Veiramar, también está a medio hacer aunque dicen que ya no tiene problemas legales.
Por último, en la avenida Abraham Lincoln, hay una vieja casona que le dicen "la casa de chivos" porque la gente cría animales ahí. Está abandonada desde hace años, y nadie sabe qué van a hacer con eso.
Todas estas construcciones, algunas paradas, otras abandonadas y unas cuantas recuperadas, son parte de la historia reciente de Santo Domingo. Son lugares que traen nostalgia y recuerdan tiempos de negocios, empleo y felicidad.
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