Desde el 2021, el ITLA y Senasa están metiendo mano pa' dar prótesis a la gente que ha perdido alguna pierna, y ya han ayudado un tro de gente.
Martin Mambru está ahora mismo en un sitio del Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA) que se llama "Protoscanner 3D". Hace unos años, después que tuvo un lío con un accidente de tránsito, le tuvieron que cortar la pierna izquierda por encima de la rodilla. Desde entonces, ha estado probando varias prótesis.
"Me siento bien, cómodo", le cuenta a Diario Libre después de recibir su nueva prótesis hecha con impresión 3D.
Él nunca había probado este tipo de prótesis, que tiene unos engranajes que simulan el movimiento de la rodilla.
En 2021, el ITLA arrancó con el proyecto "Protoscanner 3D", que se trata de diseñar, fabricar, montar y darle seguimiento a las prótesis transtibial (por debajo de la rodilla) y transfemoral (por encima de la rodilla).
A la gente no le cuesta un chele, porque Senasa cubre los gastos. La idea de este proyecto, que ya lleva 4 años funcionando, es darles una manito para que se reintegren a la sociedad y tengan mejor calidad de vida.
Después del lío del derrumbe en la discoteca Jet Set, el ITLA dijo que estaba dispuesto a ayudar a los heridos que necesitaran prótesis. Pero todavía están esperando el reporte de salud pública para ver quiénes necesitan.
Según Edwin Rodríguez, el que está al mando del Centro de Excelencia en Macarrónica del ITLA, las prótesis que hacen con la impresión 3D "son cien por ciento funcionales y no tienen nada que envidiarles a las prótesis convencionales".
Él también explica que con la tecnología están "tratando de eliminar los procesos de fabricación convencionales". Además, esos procesos son más lentos, menos eficaces y contaminan por el yeso.
Los pacientes no pagan nada, porque reciben la ayuda a través de Senasa. Pero, en verdad, las prótesis cuestan su dinero. "Una transtibial puede costar 120,000 pesos. La transfemoral puede rondar los 300,000 pesos". Por eso este proyecto es una bendición pa' la gente humilde con amputaciones.
En cuanto a lo que duran las prótesis, él dice que "lo normal es de uno a tres años, luego hay que irla cambiando porque se puede ir deteriorando con el uso y la persona va cambiando de físico".
"A nivel de fabricación hemos hecho más de 600 prótesis", concluye Rodríguez.
El sitio "Protoscanner 3D" está lleno de impresoras 3D, con fórmulas en las paredes y prótesis en las estanterías. Ahí es donde los tigueres, la mayoría que estudiaron en el ITLA, diseñan las prótesis.
Abigail Artiles, quien está a cargo del Desarrollo de Prótesis 3D en ITLA, le explica a Diario Libre cómo es que hacen las prótesis:
"Los pacientes que quieren una prótesis necesitan llenar un formulario en línea. Al paciente se le llama para que vea al ortopeda y este afirma si puede utilizar prótesis".
Cuando el paciente está aprobado, o sea, tiene lo que se necesita para usar una prótesis, se comienza con el diseño. Por ahora, el ITLA solo hace prótesis para mayores de 18 años, porque los chamaquitos están en constante crecimiento y cambian de medidas.
"Se escanea el muñón del paciente, que es la parte amputada", explica Artiles. Esta medición se hace con un aparato que toma fotos en alta resolución y mide las características del muñón.
Con eso, "se pasa a hacer la parte del diseño y la impresión", anuncia. Para diseñarla, usan un programa de diseño 3D con el que fabrican virtualmente lo que va a estar en contacto con la piel del paciente.
Para pasar del diseño virtual a algo real, mandan el diseño a la impresora 3D, que lo hace realidad. Estas impresoras pueden tardar entre 10 y 20 horas en imprimir un solo diseño.
"Posterior a la impresión se cita al paciente para que venga a hacer unas pruebas", añade Artiles. Así, el paciente y el ortopeda ven si hay que hacerle algún cambio para que esté bien cómoda.
Rigoberto Peguero está probando su nueva prótesis. Todavía tiene que usar muletas porque es su primer día y se está acostumbrando. "Esta opción es buena para uno que no tiene los recursos para poder conseguir una prótesis, porque es algo muy caro. Estoy feliz para integrarme a la sociedad", dice, agradecido con Dios y el ITLA.
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