Oye, mi gente, escuchen esto. La familia de Joel Antonio Brito Báez, "El Dady", un chamaco de 23 años, está encojonada con la forma en que las autoridades le quitaron la vida a él y a otros dos panas. "Ni siquiera vinieron a llevárselo preso, llegaron a ejecutarlo", dijo el tío del pana. Imagínense, estaban celebrando el cumple del tipo el pasado jueves 5 de junio en la calle Los Pinos, en Las Javillas, Sabana Perdida, cuando llegaron los problemas.
Dicen que Joel era un tipo alegre, trabajador y no tenía nada que ver con vainas malas. Pero, según cuentan, en el operativo mataron también a Steven de Jesús Zapata, "Morenito", de 27 años, y a Jarlin de los Santos. "Ellos no eran delincuentes, la policía vino para acribillarlos. Llegaron de una vez tirando tiros, a matar gente", dijo Isaías Brito, el tío de Joel.
El hombre asegura que su sobrino cayó en el suelo suplicando por su vida. "Mi sobrino cayó ahí y dijo no me mates. Ni siquiera vinieron a llevárselo preso, llegaron a ejecutarlo", sostuvo. Además, el familiar afirma que ninguno de los jóvenes tenía armas cuando pasó todo. "Le pusieron armas a los dos más infelices y ahora lo están poniendo como que son delincuentes".
Por su lado, la esposa de Joel, Yarlenys Díaz, dice que mientras él estaba con sus amigos, "los policías llegaron y de una vez le entraron a tiros, a todos los que estaban ahí". Ella pide que las autoridades revisen las cámaras de seguridad. "Que busquen las cámaras que el Dicrim quitó, ellos saben que fue un abuso". También aclaró que Joel no tenía ninguna orden de arresto.
La mamá de Joel, que dejó a un niño de dos años, no pudo estar en el entierro porque está fuera del país. En la calle Los Pinos todavía se ven los tiros en el pavimento y en las paredes, y las velas encendidas por los jóvenes.
Según la Policía, los que murieron tenían un pasado delictivo y estaban en la mira. "Morenito" tenía dos órdenes de arresto y una denuncia por robo a mano armada. Una mujer los reconoció por un robo, y otro testigo también los señaló por otro atraco.
En la escena, la Policía Científica recogió 11 casquillos de bala, dos gorras y las armas que supuestamente tenían Zapata y Brito. Durante el tiroteo, dos panas lograron escapar: Wili Sánchez Alcalá, "El Mello", y Arwin Luna, "El Perro". Las autoridades los están buscando porque dicen que son parte de un grupo que hacía asaltos en Sabana Perdida, haciéndose pasar por choferes de aplicaciones.
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