Colombianos acusados de robo en RD podrían ser mandados pa' la chirola
Oye, así es que era el meneo: citas por Tinder, unos traguitos en los bares, y de repente, ¡pum! Te despiertas 48 horas después sin saber ni dónde estás. Eso era lo que estaban haciendo dos parejas de colombianos, según el Ministerio Público. Dicen que les daban algo raro a la gente pa' dejarlos KO y después vaciaban los apartamentos de lujo en el DN.
Ya las autoridades aquí en RD metieron mano y pidieron que los metan presos mientras va el juicio, porque parece que estos panas no tienen ni un pie aquí en el país. Los colombianos, que estaban parando en un Airbnb en Bella Vista, son: María Fernanda Jurado Martínez, Laura Valentina Mosquea Hernández, Nicolás Giraldo Murillo y Joseph Stiven Rodríguez Pérez.
El lío más grande fue el 24 de marzo. Un pana quedó con las dos mujeres por Tinder y se juntaron en el apartamento de un amigo en una torre en el Ensanche Naco. Se pusieron a beber, comer, y cuando bajaron al apartamento, los tipos quedaron fuera de combate. No supieron de sí hasta dos días después, cuando el hermano de uno los halló en la sala y los llevó a la clínica Abel González.
En ese ratito, las mujeres se llevaron relojes Rolex, cadenas, celulares, efectivo, documentos y tarjetas. Con las tarjetas, hicieron compras en Blue Mall y SBG, y se gastaron más de 60,000 pesos en Revolution, entre otros gastos en restaurantes.
La misma cosa pasó tres días antes, el 21 de marzo, en la Zona Colonial. Dos tipos conocieron a un tal "Santi Mede" en un bar y lo invitaron a su casa en una torre en Los Praditos. Otro hombre se unió al coro y, de repente, se quedaron dormidos. Cuando despertaron, les faltaba de todo: celulares, laptops, joyas, un Nintendo Switch, dinero y más cosas. De sus billeteras digitales se llevaron más de US$1,100 y RD$90,000. Las cámaras del edificio grabaron a los dos tipos saliendo con una mochila llena.
La investigación, encabezada por el procurador fiscal Johnny Arroyo desde la Fiscalía Comunitaria del Ensanche Naco, encontró que los cuatro colombianos llegaron juntos al país, vivían como parejas y eran un grupo organizado. El Ministerio Público los acusa de formar un "concierto de voluntades" pa' hacer sus fechorías, usando el mismo truco: ganarse la confianza, dormir a las víctimas y despojarlas de todo.
El expediente tiene de todo: testimonios de las víctimas, el cuento del taxista que llevó a las mujeres, actas de denuncia, de arresto, videos de memorias USB, y reconocimientos por fotos. Las imágenes muestran a los acusados saliendo de los apartamentos con mochilas llenas.
Los fiscales dicen que ninguno de ellos tiene arraigo en el país y piden que los metan presos por violaciones a los artículos 265, 266, 379 y 317 del Código Penal.
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