Usaos, prestao o cambiao, las puertas de acceso a la lectura son infinitas

Oye, mi gente, les traigo un chisme bueno sobre cómo la lectura sigue viva entre nosotros, especialmente con esos libros usados que son como joyas escondidas. Aunque la tecnología está en toda, esos libros viejos son una opción bacana para los que quieren aprender y darles una nueva vida a esos ejemplares que se vuelven verdaderos tesoros literarios con los años.

Un ejemplo de cómo este negocio sigue en pie es Libro Reliquia. Desde hace más de 20 años, ellos han estado ofreciendo una selección de obras que, como dice su dueño Manolo Patrocino, "son difíciles de encontrar". Tienen un corillo de contactos que incluye librerías de España y proveedores locales, lo que les permite conseguir títulos que casi nadie tiene.

Lo mejor de todo es el precio. Tienen literatura universal súper barata, con novelas, poesía, ensayos y teatro que empiezan desde 150 pesitos. La gente busca estos libros por varias razones. "Algunos lo hacen por la escasez. Son ediciones agotadas, difíciles de encontrar, y para conseguirlas es obligatorio recurrir a este tipo de librerías", dicen por ahí. La novela es lo que más se mueve, con clásicos como "Cien años de soledad", "Los miserables" y "Anna Karenina" siempre en la lista de los más vendidos.

Ahora, ¿es este un negocio para hacerse rico? Según Patrocino, "no es un negocio para hacerse rico. Se sobrevive". Lo que más lo llena es compartir su amor por la lectura con los que de verdad aprecian un buen libro.

¿Y qué tienen en común una nevera vieja y un libro olvidado? Pues para Laura Vizcarra Hernández, ambos merecen una segunda oportunidad. Así nació Bibliorefri, un proyecto que convierte neveras inservibles en bibliotecas comunitarias. Empezó en México y ya está en RD, mezclando lectura, arte urbano y reciclaje. "Es una cadena virtuosa: reciclamos refrigeradores y también relatos", dice Vizcarra. Ya han instalado cinco Bibliorefri y van por el sexto, gracias a la buena vibra de la comunidad.

En el centro de la ciudad y en otros rincones, El carretón de libros está llevando la lectura al pueblo, sin peros ni etiquetas. Ofrecen préstamos gratis de libros y montones de actividades educativas y culturales en la Zona Colonial, el Mirador Sur y Moca.

¿Te imaginas cambiar esos libros que ya leíste por otros nuevos sin gastar un chele? Eso mismo hace Intercambia Libros RD, promoviendo el acceso a la lectura con más de 500,000 libros donados. Síguelos en redes, que siempre andan en diferentes partes de la República.

Si te gustan los libros y andas por el Parque Iberoamericano, pásate por Cafecito del Parque, el primer librero público para intercambio de libros en RD. La idea es simple: trae un libro que ya leíste y cámbialo por otro que te llame la atención, sin pagar un peso.

Y si estás por Santo Domingo, SDQ Lee es tu parada. Venden libros y accesorios, pero también hacen actividades donde puedes intercambiar libros usados por solo 50 pesitos. Están en Ágora Mall, Galería 360, Colina Centro y Megacentro.

Aunque vivimos en tiempos donde lo digital manda, aún hay espacios que nos invitan a parar, respirar y leer. En varios parques del país, gracias a "Parques recreativos: de la industria a la comunidad", la lectura juega un rol importante. Estos parques tienen casetas de libros abiertas para que cualquiera pueda leer durante su visita. Gracias al Banco Popular Dominicano, estas casetas están en lugares como el Parque Sargento Técnico Emilio García, el Parque Municipal Infantil de La Vega y el Parque Benito Juárez en Santiago.

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