Oye, mira, te voy a contar un chisme bien chévere del barrio. Resulta que el documental dominicano "Sueños Dorados", que habla sobre la historia inspiradora de nuestra velocista olímpica Marileidy Paulino, fue seleccionado para una proyección especial en la Semana de América Latina y el Caribe, que organiza la UNESCO allá en París, del 3 al 6 de junio. ¡Imagínate eso!
La Delegación Permanente de República Dominicana ante la UNESCO fue la que presentó esto, y es un reconocimiento al impacto que tiene la historia de Marileidy y a la calidad artística de este documental que está poniendo el cine dominicano en lo más alto. La producción es de Kokaleka Films, bajo la dirección de Mariano Pichardo, con guión de Miguel Yarull y la dirección de fotografía de Franklin Villar.
El documental te lleva de paseo por la vida de Marileidy, desde su querido Nizao, pasando por sus entrenamientos en Santo Domingo, hasta sus competencias internacionales en lugares como Chile, España y Francia.
Mariano Pichardo, el director del documental, dijo en una nota de prensa: "Nos honra profundamente que esta historia, contada desde el alma dominicana, haya sido elegida para mostrarse en un escenario tan simbólico como la UNESCO. Marileidy es un reflejo de lucha, fe y orgullo nacional".
Por su parte, Federico Ozores, el productor ejecutivo, destacó el esfuerzo de Kokaleka Films con historias que dejan huella: "Este reconocimiento valida nuestra visión: producir cine documental de alto nivel, con narrativa potente y calidad visual. La dirección de Franklin Villar elevó cada escena a un nivel cinematográfico que nos llena de orgullo".
Además, el Banco Popular Dominicano está detrás de todo esto, apoyando no solo la carrera de Marileidy, sino también reafirmando su compromiso con el talento y los valores de nuestro pueblo.
Con la participación de "Sueños Dorados" en la UNESCO, esta producción se convierte en un referente del cine caribeño y latinoamericano, demostrando cómo el poder del cine puede contar historias que inspiran al mundo entero. ¡Esto sí que es un orgullo dominicano!
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