El libro má allá de las palabras, un viaje por su anatomía
Agarramo un libro, lo abrimo, lo hojeamo y tamo ready pa' meterno en esa película que es la lectura. Según el Diccionario de la lengua española, un libro es "una obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar un volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte".
Hoy no vamo a enfocarnos en lo que dice el libro, sino en cómo se ve por fuera, en su materialidad. Y es que alrededor del libro hay un corillo de palabras bien bonitas. Como casi todo en este idioma nuestro, que se ha regao por to' la'o, este vocabulario de libros tiene su variedad y riqueza.
Los tigueres que leen esta Eñe, que me imagino son panas de los libros, van a gozar conociendo estas palabras. Nuestra estrella va a ser esa otra definición de libro: “Conjunto de muchas hojas de papel u otra material semejante que, encuadernadas, forman un volumen”.
Miremos nuestro libro de frente. Lo primero que vemos es la cubierta, también conocida como la tapa o cubierta anterior. Si la cara es el espejo del alma, la cubierta es como el espejo del alma del libro.
La parte de atrás de la cubierta, donde a veces buscamos más info sobre lo que trae el libro, se llama contracubierta o cubierta posterior. Si el libro está bien puesto en un estante, lo que vemos es su lomo, casi como la espalda de un ser humano.
El lomo une la cubierta y la contracubierta; por fuera, tiene el rótulo, generalmente el título del libro y el nombre del autor. Por dentro, cosen o pegan las páginas que hacen el libro.
Gracias a las bisagras, que son la unión de las cubiertas con el lomo, podemos abrir las puertas de ese mundo que nos espera entre las páginas del libro.
La parte opuesta al lomo, formada por el filo de todas las páginas, le llamamos canto. Hay algunos hasta decorados. Cuántas veces los amantes de los libros pasamos nuestros dedos por el canto como anticipación del placer que nos espera con la lectura.
En los libros de tapa blanda, la cubierta suele tener dos solapas que se cierran hacia adentro. En cambio, en los de tapa dura, notamos que las guardas unen la cubierta y la contracubierta con la tripa del libro. Y sí, el cuerpo de páginas se llama tripa, como nuestro vientre o como el interior de un cigarro.
Hay una guarda pegada al interior de las cubiertas y, además, otras dos que no se pegan, a las que llamamos guarda volante, la anterior, y contraguarda, la posterior.
A los libros de tapa dura, además, les gusta ponerse una sobrecubierta, también llamada, como si el libro se pusiera pa' una fiesta, camisa, capa o chaleco. Y por si esto no fuera suficiente, a veces los libros se ponen hasta una faja, una tira de papel estrecha donde se promociona la edición con datos editoriales o reseñas de la obra.
El libro está en nuestras manos todavía casi sin abrir. Nos espera toda una aventura cuando conozcamos más de su forma interior y, muy especialmente, cuando empecemos a leer.
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