Chachos, esto es lo que está pasando en San Carlos: La Policía Nacional se apareció y rescató a tres carajitos que estaban viviendo como si fueran basura en el apartamento 402 del edificio 40, en plena avenida México. Pero oye esto, los vecinos dicen que aunque han dado la voz de alarma un montón de veces, las autoridades como que se han hecho de la vista gorda y no han protegido a esos muchachos como es debido.
La gente del barrio cuenta que esa familia tiene cinco hijos, pero los dos mayores ya no viven ahí. Los tres menores que encontraron ahora estaban flaquitos, sucios y en un estado de abandono que "no es digno pa' ningún ser humano", según los vecinos.
Lo que más encojona a la gente es que esta no es la primera vez que se denuncia esa situación. Dicen que el CONANI ha pasado por ahí varias veces, y una que otra vez con la Policía Nacional. Hasta el Inaipi metió mano una vez. Pero nada, al final siempre devolvían a los muchachos a la misma situación, con los mismos padres que al parecer son consumidores de drogas.
"Una vez vino la Policía y Conani, encontraron a los niños solos, uno con fiebre alta y otro con neumonía. Aun así, los devolvieron como si nada", dijo un vecino.
Se dice también que los padres fueron mandados a rehabilitación, pero cuando volvieron, la cosa se puso peor. "Volvieron peor. No se ocupaban de los niños, y era uno como vecino que tenía que darles comida o ver cómo ayudarlos", comentó otra residente del edificio.
Aunque algunos vecinos no sabían exactamente cómo era la situación adentro del apartamento, admiten que por fuera no se notaba lo grave que era el asunto. "La casa por fuera se veía como cualquier otra. Nadie imaginaba que por dentro esos niños estuvieran viviendo así", dijeron.
La gente del barrio está haciendo un llamado urgente a las instituciones para que de una vez por todas resuelvan la situación y no dejen que los muchachos vuelvan al mismo lío de abandono. Los vecinos están frustrados porque sienten que las autoridades han ido de visita, pero no han hecho nada concreto. "Era como si vinieran a mirar y se fueran. Tocaban dos veces y se iban", comentó una residente.
La comunidad está preocupada de que, aunque ahora todo esto está en boca de todos, el caso se quede en el olvido y que los niños vuelvan a caer en lo mismo. Algunos vecinos no saben cómo llegó la noticia a los medios, pero creen que es lo mejor que pudo pasar. "Tal vez ahora sí hagan algo de verdad", opinó un vecino.
Esperan que esta vez no haya más excusas ni regresos a un hogar que ya ha demostrado ser peligroso para los menores. La comunidad dice que ya hizo su parte al reportar y ayudar; ahora exigen que las instituciones actúen con la firmeza que no han tenido antes.
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