"Un niño murió y otro quedó 'grave quemao' en fuego en Caballona"

En el barrio de Caballona, en Los Alcarrizos, la vaina se puso fea cuando un fuego agarró a una casucha del play del Club Deportivo los Delfines. Ahí vivían dos niños y su padrastro, Francisco Sosa Solano. El más chiquito, de un año y medio, lamentablemente no lo contó, y su hermanito, de tres años, está peleando por su vida con quemaduras por to' lao'.

El padrastro, Francisco, ahora mismo está ingresao en el hospital Vinicio Calventi, to' quemao en la cabeza, los brazos y la espalda. Esa casa donde vivían no era más que un depósito pa' los equipos del play, hecha de concreto y zinc, y con puertas trancadas, lo que la hacía una trampa mortal.

Arabelis Díaz Paula, la hermana de Francisco, cuenta que la mamá de los niños se fue un ratico pa' un colmado a buscar al marido, y cuando volvieron, la casa ya estaba prendía. Francisco se metió corriendo y logró sacar a uno de los muchachos, después de pelear con la electricidad que tenía la puerta de hierro. El más pequeño intentó salir por una ventana tapiada y murió ahí.

Dice Díaz que en el lugar había cosas que hicieron que el fuego se regara rápido, como mallas y otros utensilios. Entre los hierros quemados quedaron las herramientas y los camarotes donde dormían los muchachos. La familia piensa que todo empezó por el cableado malo que había en el lugar.

Francisco tenía un lío con Domingo Almánzar, o Punga pa' los panas, que es el que lleva el estadio. Punga le decía que se fuera de ahí, pero Francisco no se iba sin que le pagaran lo que le debían por tantos años de trabajo.

Después del fuego, Punga salió diciendo que los padres eran irresponsables y que los niños siempre estaban solos. Llamó a la mamá "viciosa", cosa que la familia de Francisco no niega, pero defiende que ella siempre cuidaba de sus hijos.

Ahora el niño que sobrevivió está recibiendo atención médica en el hospital infantil Arturo Grullón de Santiago. Todo esto pasó la madrugada del lunes 28 de abril.

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