Tú eres tu propio lío pa' resolver

El autocuidado no es solo ir a recortarse el cabello o darse un cafecito solo. También es una forma profunda de respeto personal.

Hoy te quiero invitar a hacer un ejercicio chiquito. ¿Te animas? Vamos paso a paso:

Antes de seguir leyendo, cierra los ojos por un minuto. Solo uno.

Piensa en al menos dos seres vivos o cosas que dependan de ti por completo. Pueden ser personas, animales, matas, hasta proyectos. Di sus nombres en tu mente. Visualiza qué haces para cuidarlos, qué compromisos tienes para que estén bien.

Quizás sea comprar un medicamento, regar las matas, preparar comida, estar presente emocionalmente, o simplemente acordarte de algo importante por ellos.

¿Ya lo hiciste? Ahora te hago la pregunta, ¿mencionaste tu nombre?

En los talleres de manejo de estrés que he dado, he notado un patrón que se repite mucho: la mayoría piensa primero en sus hijos, sus padres, su pareja, una mascota.

Muy pocas personas se incluyen a sí mismas en esa lista, y cuando lo hacen, lo dicen con un poco de vergüenza, como si ponerse primero fuera sinónimo de egoísmo o alguna señal de altanería.

Déjame decir esto claro y sin rodeos: Tú eres tu principal responsabilidad.

No se trata de un acto narcisista, se trata de reconocer que, sin ti, no hay quien sostenga todo lo demás. Me parece muy curioso cómo, desde pequeños, aprendemos a cuidar a otros: insistimos en que los niños coman vegetales "porque les hace bien"... pero ¿los comes tú?

Le recordamos a nuestros padres sus citas médicas constantemente... pero pasamos semanas ignorando un "dolorcito" de espalda. Preguntamos frecuentemente "¿tomaste la pastilla?", pero no vamos a chequearnos desde hace más de un año.

El autocuidado comienza cuando dejamos de vernos como un recurso infinito. Empezamos un camino hacia la responsabilidad emocional con nosotros mismos cuando entendemos que nuestro bienestar es tan importante como el de quienes amamos.

Y no, no hablo de abandonar nuestras responsabilidades o restar importancia a quienes dependen de nosotros. Se trata de incluirnos en la lista de lo importante. Se trata de dejar de vivir en modo "piloto automático", y empezar a reconocernos como merecedores de cuidado, descanso y espacio propio.

Cuidarte también es cuidar. Darte permiso para descansar, decir "no" sin culpa, tomar agua a tiempo, regalarte una pausa real. Empezar ese proyecto que sueñas desde hace años, sin la presión de tenerlo todo claro desde el primer día.

Lo importante es dar el primer paso, porque eso, en sí mismo, ya es un avance significativo. Celebrar tus pequeñas victorias, aunque nadie más las vea. Reconocer que también necesitas palabras amables, tiempo sin presiones y objetivos que te motiven.

Porque lo cierto es que cuando alguien a nuestro cargo necesita algo urgente, hacemos todo lo posible para cumplir. ¿Por qué no hacerlo también por nosotros?

La salud mental empieza con la honestidad, con reconocernos como seres vulnerables, valiosos y merecedores de cuidado. El autocuidado no es solo ir a recortarse el cabello o darse un cafecito solo. También es una forma profunda de respeto personal.

Te propongo que esta semana hagas un pequeño ajuste: deja de sumar pendientes en tu lista de autocuidado e incluye tu nombre en la lista de responsabilidades importantes. No para exigirte más, sino para empezar a cuidarte con la misma dedicación con la que cuidas a otros.

Recuerda que nadie puede dar lo que no tiene. Estar bien tú es el primer paso para que todo lo demás también funcione.

Ver todo