Los que conocían a Cheo Zorrilla siempre mencionan lo buena gente que era. El lunes pasado, en un ambiente bien familiar y privado, se hicieron los funerales del cantautor dominicano Cheo Zorrilla, que murió el domingo 8 de junio a los 75 años después de un derrame cerebral.
Durante la ceremonia, el silencio decía más que cualquier llanto. Su familia lo despidió en paz, rindiéndole honor a un legado que va más allá de la música. El ataúd estaba rodeado de flores blancas, una bandera dominicana y fotos que mostraban momentos importantes de su carrera.
Cheo, con su voz, su honestidad al escribir y su habilidad para captar los sentimientos en sus letras, además de sus duetos memorables con grandes intérpretes, logró ganarse el corazón de toda una generación de amantes de las buenas canciones.
Aparte de su carrera exitosa de más de 40 años, los que lo conocieron siempre destacaron lo buena persona que era. Era cercano, amable y un creyente en Dios, coincidieron los que fueron a la capilla E de una funeraria conocida en la capital.
Su hermano menor, Ángel Zorrilla, habló sobre el legado personal del artista: "Era muy amoroso, nunca tuvimos problemas", dijo con calma. Para él, perderlo es algo que no tiene arreglo. "Quiero mantenerme sereno, porque he tenido varios problemas de salud y esto me afecta demasiado", añadió.
Su sobrino, Francis Zorrilla, lo describió como "el conciliador de la familia, el tío alegre que siempre quería que todos estuviéramos unidos. Él fue quien creó el grupo familiar, y cada vez que estaba en el país procuraba que nos juntáramos". Dijo también: "El país pierde un gran artista y ser humano; nosotros perdemos un pilar fundamental. Sé que Dios lo tendrá en un buen lugar".
Con la cara llena de tristeza, su sobrino contó a Diario Libre que, aunque no querían que pasara, ya se esperaban que muriera por lo mal que estaba de salud. "Los médicos ya se habían rendido", confesó.
Siendo uno de los compositores dominicanos más versionados por artistas internacionales, Cheo Zorrilla deja un legado imborrable en el repertorio romántico latinoamericano y fue muy premiado por su aporte a la música y la cultura. En 2016, fue inmortalizado en el Pabellón de la Fama de los Compositores Latinos en Miami, siendo el primer dominicano en lograrlo.
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