Sin cháchara no hay amores, el truquito de las parejas que duran
Mira, pa' que una vaina funcione entre dos gente, hay que hablar, compay. O sea, tu jeva o jevo es la persona más bacana en tu vida, y la que te va a llenar de cariño. Si tú no hablas con tu pareja, tú no tienes pareja.
La vaina de tener pareja es como un corito donde se habla de sentimientos. Si tú no tienes ese corito con tu pareja o lo perdiste, ¡corre a buscar ayuda, mi hermano!
Y si él no quiere ir, ve tú, porque eso no lo aguanta nadie. El peligro es grande: un matrimonio donde nadie es feliz. ¿Me copias?
Pa' que el amor crezca, hay que hablar con tu pareja, abrir tu corazón y ser tú mismo. Tiene que ser tu mejor amigo, el que sepa to', cualquier lío que tú tengas.
Claro, hay cosas que uno se guarda porque no quiere hablarlas con nadie. Eso se respeta, pero no puede ser siempre.
Se supone que tu pareja debe saber qué te pasa y estar ahí siempre. Si no, eso no es pareja.
Pero, ¿qué son los vínculos? Eso es la relación que tienes con otro. Esa vaina te ata y hace que esa persona sea importante pa' ti, pa' compartir lo bueno y lo malo, y cumplir sueños juntos.
Por ejemplo, si tú quieres ser cantante y ni siquiera se lo dices a tu marido porque a él no le gusta. Hay gente que paga un profesor solo porque le gusta cantar y quiere lucirse en las fiestas con los panas.
Hay quienes incluso pagan un profesor pa’ que le monte canciones, aunque no canten en público. Es su hobby, algo que quieren. Por eso, se lo cuentan a su pareja, y entre los dos deberían ayudarse.
Estamos claros: si tu pareja no te apoya en tus sueños, si no le gusta lo que a ti te gusta (no tiene que ser todo, pero sí algunas cosas), piénsalo bien antes de casarte. Porque vivir años con una persona con cosas en común es lo que crea vínculos afectivos.
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