El mundo del arte y la fotografía ta' de luto, mi gente. Este viernes 23 de mayo, la Academia de Bellas Artes de Francia soltó la bomba de que el gran fotógrafo brasileño Sebastião Salgado murió a sus 81 años.
Salgado, reconocido mundialmente por su flow único en blanco y negro y su toque humano que te llega al alma, fue uno de los duros en la fotografía del siglo XX y XXI.
"Laurent Petitgirard, secretario perpetuo, los miembros y corresponsales de la Academia de Bellas Artes, lamentan anunciar el fallecimiento de su colega fotógrafo Sebastião Salgado", así lo dijo oficialmente la academia, donde el pana era miembro desde el 2016.
El hombre nació el 8 de febrero de 1944 en Aimorés, Minas Gerais, Brasil, pero su amor por la fotografía llegó más tarde. Primero, se fajó a estudiar economía en las universidades de São Paulo y Vanderbilt (EE. UU.), pero en los 60, se mudó pa' París, justo cuando la vaina social e intelectual estaba encendida después del mayo del 68.
La primera vez que agarró una cámara fue amor a primera vista. En el 1973, dejó atrás la economía y se metió de lleno en la fotografía. Desde entonces, su lente capturó las realidades más crudas y las expresiones de dignidad humana más poderosas, desde los campos de refugiados africanos hasta la selva amazónica.
Entre sus trabajos más duros están las series "Trabajadores", que muestran el sudor del trabajo manual por todo el mundo; "Éxodos" (o Migraciones), sobre el drama de los desplazamientos humanos; y su proyecto más reciente, "Amazonia", que habla de los pueblos indígenas y la riqueza del pulmón verde del planeta.
Con su esposa, Lélia Wanick Salgado, fundó la agencia Amazonas Images, que manejó su obra, siempre con un compromiso social y un impacto visual que te deja loco.
"Su lente reveló el mundo y sus contradicciones; su vida, el poder de la acción transformadora", escribió la Academia.
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