Schiaparelli sigue con su "lujo original" en la Semana de la Moda de París

Mira, loco, en el desfile de Schiaparelli en París se apareció un corillo de famosos que tú no te imaginas, desde Anna Wintour hasta Rosalía. También estaba Kylie Jenner y los ganadores del Oscar Michelle Yeoh y Jared Leto. La cosa se dio en siete salas de la embajada italiana allá en París, tú sabes, en la Semana de la Moda.

El capo creativo de la marca, Daniel Roseberry, que es un gringo con mucho flow, tiró 36 pintas que te dejaban loco. La colección primavera-verano 2024 fue puro lujo con su toque de chercha, mostrando cómo lo que uno se pone para salir a la calle puede ser bien fino, mezclado con piezas bien rebuscadas.

Habían unos trajes negros así bien simples, líneas rectas y otros con brocados de colores. No faltaron los dorados que son la firma de Schiaparelli. Había de todo, desde mangas abullonadas hasta faldas largas lisas, dándote un menú bien variado pa' escoger.

El tipo metió muchas americanas, combinadas con pantalones y faldas, algunas de ellas asimétricas, y un look que era una simple braga alta. Y claro, pa' lo diario, metieron un par de jeans, pero con un cuello asimétrico grande por un lado que se unía a una solapa también sobredimensionada. Los materiales eran de lo más fino, como terciopelo, gasa y satén, pero también había lino y algodón para el calorcito.

Roseberry dejó claro que quería ser fiel a lo que Elsa Schiaparelli, la fundadora, siempre hizo: "Comenzar con una prenda de cada día, como un jersey de lana, y convertirla en una sensación". Los accesorios eran tan llamativos que parecían prendas por sí solas, como una banda en la cintura que se transformaba en una cola, o un collar de rafia que era lo único que acompañaba a un pantalón de pinzas.

El pana también dijo que quería mantener "el humor inherente a nuestro legado", con adornos y accesorios bien locos. Los adornos seguían la tradición de Schiaparelli, grandes y dorados, hechos de metal y madera, con cosas que ya son sello de la casa como un bogavante, un cangrejo de mar o las orejas.

La cosa marina siguió con una caballa en colores metalizados en una falda larga. También metieron cintas métricas de sastre como collares y pulseras. En los pies, el adorno dorado de ojo de cerradura estaba presente en zapatos y sandalias, pero lo más heavy es que los dedos dorados en relieve, que son un clásico, también los pusieron en zapatillas de baloncesto. "Esta 'trainer' es un símbolo de lo que yo soy", dijo Roseberry, mezclando lo cómodo de ser gringo con el estilo chic francés.

El maquillaje y el peinado fueron andróginos, con pelo bien corto o pegadito, pero también hubo par de melenas bien voluminosas que te recordaban a los años 60.

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