Con un corito bien chévere el sábado en el parque de Los Jardines Metropolitanos en Santiago, se hizo un acto pa' recordar a los tigueres que se fajaron en la expedición del 14 de junio de 1959. La vaina fue pa' celebrar el 66 aniversario de esos héroes.
El bonche estuvo liderado por la Fundación Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, y por ahí andaba Carmen Ivanova Durán, que es historiadora y nieta del duro Julio Raúl Durán, uno de esos expedicionarios.
También se dieron cita otras descendientes como Rosa Idelfonso y Odalis Peña, junto con el coro del departamento de Cultura de la Alcaldía de Santiago, que fueron los que armaron el junte.
En el acto se les rindió su respeto a los 198 tigueres que se le enfrentaron a Trujillo buscando que el pueblo dominicano respirara libertad de nuevo. De esos, 98 eran de Santiago y sus nombres están grabados en un muro del parque.
"Este acto representa un compromiso vivo de memoria y dignidad. Junio del 1959 marcó un antes y un después en la lucha por la democracia dominicana", dijo Carmen Durán con to’ el sentimiento.
"La expedición fue un eco del ideal de Duarte y los trinitarios, y su sacrificio debe seguir inspirando a las nuevas generaciones a defender nuestra patria, nuestros recursos naturales y nuestros valores democráticos", añadió ella.
Durán también saludó la visita al país del comandante Delio Gómez Ochoa, el único tigre que queda de esa vuelta, y lo llamó "una figura viva del coraje y la entrega del pueblo dominicano".
El comunicador duro Ramón de Luna también tuvo su turno pa' decir que, aunque la expedición fue apagada a la mala, eso prendió la chispa en la mente de la gente.
"Fue el inicio del fin de la dictadura. Muchos jóvenes fueron a las cárceles, al 9, a la 40... y de ese sacrificio nació una nueva conciencia democrática", recordó con voz firme.
En el parque están los nombres de tigueres como:
Enrique Jiménez Moya, el jevito comandante en jefe de la expedición.
Juan de Dios Ventura Simó, piloto de la aviación que se metió en la vuelta.
Julio Raúl Durán, médico de Santiago y combatiente en Maimón.
José Horacio Rodríguez Vásquez, Carlos Aponte Willard, Octavio Mejía-Ricart, y pilas de otros dominicanos y extranjeros que se la jugaron.
Según la historia que se cuenta, esos combatientes llegaron por aire y mar desde Cuba y Venezuela, y aunque el régimen de Trujillo los frenó rápido, eso sembró la semilla de lo que años después tumbó la dictadura.
Carmen Durán le pidió a las autoridades y a la gente que no dejen morir esta historia, que la sigan enseñando en las escuelas y barrios, y que mantengan vivo el recuerdo de esos héroes.
"Cada aniversario es un recordatorio de que la libertad no se nos regaló, fue conquistada por hombres valientes dispuestos a darlo todo. Que este parque y este muro con sus nombres sigan siendo un altar de inspiración y dignidad nacional", cerró diciendo.
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