Oye, te cuento que la obra "Miss January" se vendió en Christie's por unos 13.6 millones de dólares, y eso ha puesto a la sudafricana en el mapa como una de las duras del arte contemporáneo.
La artista Marlene Dumas, que nació en Ciudad del Cabo en el 1953, acaba de romper récords al convertirse en la creadora viva más cotizada del mundo en una subasta de arte contemporáneo. Su pintura, Miss January, se vendió el 14 de mayo por esa suma millonaria en la casa de subastas Christie’s en Nueva York, y superó cualquier cifra previa que se haya visto para una artista viva.
La pintura es un óleo sobre lienzo del '97 y muestra a una mujer desnuda de la cintura para abajo con una sonrisa que tiene a todo el mundo pensando, y esos brochazos vibrantes que resaltan contra un fondo oscuro. Un coleccionista internacional se la llevó durante la 21st Century Evening Sale, un evento súper prestigioso dedicado a los grandes nombres del arte contemporáneo. La obra venía de la colección privada de la influyente familia Rubell, lo cual le dio un valor simbólico extra.
Dicen en la casa de subastas que Miss January es una reinterpretación de un dibujo que Dumas hizo a los 10 años, llamado Miss World (1967). La obra toca muchas de las obsesiones de Dumas: el cuerpo femenino, la exposición pública y la vulnerabilidad, como una crítica a los cánones de belleza tradicionales.
Marlene Dumas nació y creció en Sudáfrica durante el apartheid, en una familia afrikáner en una finca vinícola. Su infancia estuvo marcada por la muerte temprana de su padre, un episodio que, según ella misma ha dicho, influyó mucho en su visión artística. En los años 70, se fue pa' los Países Bajos buscando más libertad personal y creativa, y desde entonces ha tenido una carrera prolífica entre Ámsterdam y otras partes del mundo.
Ella estudió Bellas Artes y Ética en la Universidad de Ciudad del Cabo, y su obra ha explorado temas como la raza, la sexualidad, la identidad, el poder, la familia y la muerte, siempre con una estética figurativa bien emotiva. Influida por artistas como Edvard Munch y Egon Schiele, Dumas ha creado un lenguaje propio lleno de rostros distorsionados, cuerpos vulnerables y una crudeza emocional que le llega directo al espectador.
Con series icónicas como The Eyes of the Nightcreatures, Waiting (for Meaning) o Stripping Girls (2000), en colaboración con Anton Corbijn, ella ha sabido mezclar lo íntimo con lo político, el deseo con la crítica social.
"Ha sabido tocar las fibras más humanas con una delicadeza simple y evocadora", dice Pau Farell, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Con esta venta histórica, Marlene Dumas no solo rompe cifras, sino que reafirma su lugar como una de las voces femeninas más poderosas del arte contemporáneo.
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