Oye, mi gente, les traigo un chisme caliente que está corriendo por el barrio. Resulta que hay tres dominicanos y una colombiana metidos en un lío grandísimo, supuestamente formando parte de una red de trata de personas.
El Ministerio Público no se quedó con eso y anoche mismo metió mano, presentando una solicitud de medida de coerción contra esta supuesta red que dicen anda explotando a mujeres colombianas aquí en RD. Eso lo llevaron a la Fiscalía de Santo Domingo Oeste.
La vaina es seria, porque el órgano acusador quiere que metan presos a los cuatro involucrados, y están diciendo que todavía podrían agarrar a más gente. Entre los que cayeron están tres dominicanos y una colombiana, que dicen que son los jefes de este negocio sucio de tráfico y explotación sexual. Los nombres que andan sonando son Geraldin y/o Geral Torres, que parece que es colombiana; Jason Manuel Santana, alias "Nino", José Manuel Almánzar Taveras y Joel Rodríguez.
La Procuraduría Especializada Contra el Tráfico de Migrantes y Trata de Personas (PETT) fue ayer a Manoguayabo y rescató a ocho mujeres colombianas que, según dicen, eran víctimas de esta organización criminal.
Aleika Almonte, que es la procuradora fiscal de la PETT, soltó: "Esta solicitud de coerción se hace luego de una ardua investigación en la que se comprobó que esta red opera a nivel nacional e internacional". Ella también explicó que estas pobres mujeres llegan aquí "engañadas" y terminan siendo explotadas sexualmente. Las tenían que pagar 3,500 dólares a los que las traían, ¡imagínate!
La magistrada también soltó que "solo sus tratantes reciben el dinero que ellas producen a través de los servicios sexuales". Dice que espera seguir investigando más sobre el tema.
Por su lado, el fiscal de Santo Domingo Oeste, Edward López, está contento con el trabajo en conjunto con la PETT y dijo que van a seguir dándole duro a este tipo de delitos. Esperan que el caso sea declarado complejo.
Y ya tú sabes, los que agarraron podrían estar viendo de 15 a 20 años por tener a estas mujeres contra su voluntad y obligarlas a hacer cosas que no querían, según lo que dice la fiscalía. ¡Tremendo lío, mi gente!
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