El presidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Aurelio Henríquez, que también es funcionario, se lavó las manos de la protesta. Un corillo de periodistas se fue en caminata hasta el Palacio Nacional para quejarse por "los atropellos, maltratos físicos y la actitud hostil que sienten del Gobierno, empezando por la casa del Poder Ejecutivo".
Ellos están quillaos por las agresiones del personal de seguridad de los funcionarios, como lo que pasó hace poco con los guardaespaldas de la vicepresidenta Raquel Peña y de la ministra de Interior y Policía, Faride Raful.
También están en para por el lío de que no dejan entrar al Palacio Nacional a los periodistas acreditados sin un permiso especial, y porque el Gobierno se hace el loco cuando se le piden informaciones y entrevistas a sus funcionarios.
"Denunciamos que, en los últimos años, se ha intensificado una peligrosa tendencia: la estigmatización del periodismo crítico, la agresión física en actos públicos, el condicionamiento de la publicidad estatal como forma de presión, y la manipulación informativa desde instituciones públicas para controlar la narrativa nacional", dice el manifiesto de la protesta.
La semana pasada se regó por todos lados un video donde un empleado de la Presidencia le mandaba a los periodistas a salir del lugar donde el presidente Luis Abinader iba a estar en la clausura del Congreso World Law.
A la movida fueron periodistas, camarógrafos, fotógrafos, comentaristas y dueños de medios digitales. La convocatoria juntó a un chin más de una docena de profesionales y el que no se vio ni en pintura fue el presidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Aurelio Henríquez.
Henríquez se desligó de esa manifestación, aunque fue organizada por el secretario general de la seccional del Distrito Nacional del mismo CDP, Wilder Páez.
Por esa actitud, Páez y otros colegas pidieron que Henríquez deje el cargo. Este tipo también es director de Comunicaciones del Ministerio de Trabajo.
"Son unos traidores a la carrera periodística. Ellos se desligaron a una causa justa. Quien apoya el maltrato es un verdugo. Ellos deben renunciar y seguir con su compromiso en el Gobierno", tiró Páez.
La reportera Rosa Alba Escalante aseguró que, de manera calladita, cada vez le ponen más trabas a la prensa presidencial.
"Antes, nosotros teníamos la oportunidad de ir a Palacio y entrevistar a los funcionarios, pero ahora no tenemos libertad de eso. Los miembros de la seguridad del presidente, la vicepresidenta y otros funcionarios cuando nos ven en un lugar entienden que esos micrófonos tienen balas y piedras, porque hacen todo lo posible por impedir nuestro trabajo", contó Escalante.
La marcha arrancó desde la Puerta del Conde, con un trote de policías que pedían nombres, tomaban fotos y grababan vídeos de los que fueron y sus carnés de identificación.
Los quejosos subieron por la calle Emilio Prud'Homme y terminaron en la Plaza Juan Bosch, frente a la casa de Gobierno. Alexis Jiménez, viceministro de la Presidencia de Desarrollo Social, recibió el papel con las demandas de los profesionales y prometió montar un diálogo entre las partes.
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