Seis empleados se fueron pa'l otro lado y 24 lograron salir vivos
La Dirección de Persecución de la Procuraduría ta' en eso de investigar
El Jet Set ya no prende sus luces. La música, que por años fue lo que movía una de las discotecas más duras de RD, se apagó junto con las voces, los pasitos y las risas de los que gozaban ahí adentro.
Desde que se cayó eso la madrugada del martes 8 de abril, dejando 231 muertos y como 200 heridos, el país entero ta' en shock por semejante tragedia, pero son los empleados del sitio los que están pasando el duelo más fuerte, más en carne viva.
Entre los muertos, seis eran del corito del Jet Set. Todos estaban trabajando esa noche que parecía como cualquier otra.
Tres meseros -Daniel Taveras, Rhoyer Hernández y Alexander Manuel Mejía- y tres de seguridad -Johnny Humberto García, Omar Ogando y César Maríñez- murieron haciendo su trabajo.
"Era una segunda casa pa' muchos de ellos. Algunos llevaban más de una década ahí. Sabían qué hacer con solo mirarse. Eran una familia", dice un pana del equipo, todavía con la voz trancada.
Otros dos empleados, Gregorio Adames y Bartolo Reyes, se salvaron del derrumbe después que los sacaron de entre los escombros. Dicen que Adames está estable, pero el trauma que tienen to' los que sobrevivieron es profundo y nadie sabe cómo manejarlo.
"Hay empleados que no pueden hablar sin romper en llanto. No logran conciliar el sueño", contó un familiar de uno de los sobrevivientes.
La tragedia dejó cicatrices en el alma que no se borran. Maribel Espaillat, la que lleva el Jet Set, se salvó por un acto de amor: su esposo, Daniel Vera Pichardo, se tiró encima de ella cuando empezó el desastre, protegiéndola con su cuerpo.
Él está en estado grave, mientras ella lidia no solo con el dolor físico, sino también con el peso de haber vivido pa' contar lo que muchos no pudieron.
El golpe emocional ha llegado más allá de los empleados. La comunidad artística y del entretenimiento dominicano ha mostrado su dolor con comunicados, mensajes en redes y visitando a los familiares de las víctimas.
Artistas que alguna vez se presentaron en el Jet Set, técnicos, promotores y colegas coinciden en algo: el país ha perdido un símbolo de su cultura nocturna.
Además de los empleados, la tragedia se llevó a figuras conocidas del mundo empresarial, deportivo y artístico. Entre los fallecidos están:
Sus muertes han provocado un luto colectivo que va más allá de sectores, generaciones y clases sociales.
"Esto no es solo un edificio que cayó. Es un espacio lleno de historia, de generaciones que encontraron ahí un refugio, una oportunidad de trabajo, un escenario para brillar", declaró un productor que prefirió no decir su nombre.
Mientras se llevan a cabo las investigaciones -a cargo de la Dirección de Persecución, con el magistrado Wilson Camacho al frente- el Poder Ejecutivo ha pedido una comisión paralela pa' saber bien las causas del colapso del techo.
Los sobrevivientes, las familias y toda la sociedad esperan respuestas. "No queremos culpables imaginarios. Queremos la verdad, por los que murieron y por los que seguimos aquí tratando de entender cómo pasó", dijo un empleado que no estaba ahí la noche del desastre, pero que ha estado en los actos de duelo.
El duelo del Jet Set sigue. Las lágrimas todavía caen, los abrazos todavía tiemblan y las preguntas siguen sin respuesta.
Pero entre el dolor, también se oye un clamor: que la memoria de los que se fueron no quede sepultada entre escombros, sino que sea recordada como parte de una historia que merece justicia, dignidad y respeto.
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