"¿Patas hinchá en la preñé? Chequeo a tiempo evita líos"

El doctor Luis Faringthon Reyes dijo que cuando el útero crece, empieza a apretar las venas de la pelvis, lo que puede llevar a problemas de circulación. Últimamente, más mujeres embarazadas han estado yendo al médico porque se les están saliendo las várices, esas venas que se ven todas torcidas y de colores morado o azul oscuro, especialmente en las piernas y los pies.

Aunque esto es algo común, hay que tenerlo en cuenta cuando se está en estado, porque no solo le puede dar líos a la madre, sino que también puede complicarse si no se trata a tiempo. Así lo dijo el doctor Luis Faringthon Reyes, un cirujano especializado en venas, quien explicó que durante el embarazo, el cuerpo de la mujer cambia mucho por las hormonas y eso hace que salgan más várices.

"Las várices en estado de gestación pueden desencadenar episodios de trombosis superficial o profunda, lo que resalta la importancia de una intervención temprana y un manejo adecuado", aseguró.

El doctor también comentó que las hormonas como el estrógeno y la progesterona pueden hacer que las venas se aflojen y se dilaten. A medida que la barriga va creciendo, el útero presiona las venas de la pelvis, lo que puede causar problemas de circulación en esa área.

Las várices en las embarazadas se pueden dar en dos sitios principales: las piernas y la pelvis. "Un diagnóstico oportuno es esencial para determinar la causa y gravedad de las várices. Es fundamental que los profesionales de la salud descarten cualquier alteración hematológica o compresión venosa que pueda estar contribuyendo a la afección", indicó.

En muchos casos, si en la familia hay un historial de várices, es más probable que la embarazada también las tenga, así que hay que estar atentos a eso. "Las mujeres embarazadas pueden experimentar diversos síntomas relacionados con las várices, como dolor, pesadez en las piernas, hinchazón, y sensación de hormigueo. En algunos casos, es posible que las várices se extiendan hasta la zona genital, lo que forma parte de un síndrome conocido como congestión pélvica", explicó el doctor.

Si los síntomas empeoran o las piernas se hinchan de manera desigual o se ponen rojas, Faringthon Reyes dice que hay que ir al médico de una vez, porque eso puede ser señal de una trombosis venosa profunda.

Aunque no se pueden evitar del todo las várices durante el embarazo, si se actúa rápido se pueden aliviar un poco. Los tratamientos endovasculares y las terapias médicas son opciones si las venas siguen mal después del parto. Además, es importante que después de dar a luz, se haga una revisión para ver si hace falta algún tratamiento extra, porque el riesgo de problemas venosos puede seguir ahí.

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