Oye, en Capotillo se armó un lío este sábado con un operativo militar y policial que trajo opiniones divididas entre la gente del barrio. El Ministerio Público, junto con la DNCD, la Policía Nacional y el Ejército, metieron mano en el área con helicópteros, drones y todo, buscando tumbar redes criminales y poner el barrio en orden.
Algunos tigueres que tienen su negocio, amas de casa y gente que trabaja por ahí dicen que la bulla de los guardias es buena porque puede traer paz a un barrio donde la delincuencia está acabando. Rodolfo Marte, que vive en la zona, dijo: "Es bueno que estos agentes se mantengan de forma permanente aquí. Hay gente que hasta de día tiene miedo de salir por la delincuencia."
Ramona Solís, que lleva su casa, también está contenta con la movida y cree que si las autoridades se ponen pa’l asunto, pueden controlar el barrio, donde, según ella, los puntos de drogas a veces tienen su gente que los protege.
Pero no todo el mundo está contento. Hay motoconchistas y dueños de colmados que dicen que los guardias se pasaron, que les quitaron dinero y les rompieron los negocios sin orden ni nada. Roberto Ledesma, que es motoconchista, se quejó: "Yo solo soy motorista. ¿Por qué no van a la calle 42 o a Villa Mella, donde están los verdaderos puntos de drogas? Aquí están abusando de los infelices."
Algunos del barrio no quieren hablar con la prensa porque tienen miedo a lo que pueda pasar si dicen algo.
El Ministerio Público dijo que en el operativo participaron 45 fiscales y más de 640 agentes de distintas instituciones. Hasta ahora han hecho 32 intervenciones, con 22 allanamientos y movidas en 10 sitios públicos. También se llevaron drogas, cuarto en efectivo y máquinas tragamonedas.
Los guardias llegaron de madrugada y van a seguir en el barrio hasta que todo esté tranquilo. Las autoridades también dijeron que van a traer programas sociales pa’ ayudar a bajar la criminalidad.
Capotillo siempre ha sido un barrio caliente en el Distrito Nacional, con mucha delincuencia. Esta intervención es parte de un plan más grande para meterle mano a las estructuras criminales en barrios que están pasando trabajo en el país.
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