Mira, en el barrio la cosa es así: aunque los coles católicos tienen su gente en la República Dominicana, no se queda atrás la vaina con los colegios evangélicos, adventistas y bautistas, que también están metiendo mano duro en la educación.
Ahora mismo, hay como 200 coles que están con la Asociación Nacional de Colegios Evangélicos (Anace), y los adventistas tienen 58 planteles registrados por todo el país, según los tigueres de la Unión Nacional de Asociaciones de Colegios Adventistas (Unaca).
No se sabe exacto cuántos muchachos hay en los coles que no son católicos, pero la red adventista dice que tiene 13,393 estudiantes. Los coles más famosos son el Colegio Ramón Matías Mella, el Colegio Adventista Metropolitano y el Colegio Adventista Ozama.
Lo que diferencia la educación de la iglesia y la laica es que los coles religiosos meten principios y valores cristianos en su enseñanza. Alexandra Beltré, que es la jeva de Unaca, dice que no se trata solo de ser duros en lo académico.
“No solamente educamos para el intelecto, sino también que nos preocupamos por la salud física del niño, la salud integral, emocional y social: cómo comparte con sus compañeros, cómo cuida de él y de los demás a su alrededor, cómo convive y cuida la Tierra y el universo”.
Estas iglesias llevan rato metidas en la educación dominicana. La educación adventista, por ejemplo, cumplió 100 años en el 2017, desde que llegaron unos misioneros por el 1917 a enseñar la palabra de Dios.
En el 1927, fundaron su primer cole, el Colegio Ramón Matías Mella, donde hasta estudió el exvicepresidente Jacobo Majluta. La Unaca se creó en el 2014 para ponerle orden a la educación adventista. Beltré explicó que la iglesia ha pasado por diferentes etapas y que siempre están revisando su educación, viendo los desafíos y fortalezas.
Por otro lado, la Asociación Nacional de Colegios Evangélicos arrancó en 1982, pero la iglesia evangélica lleva más de un siglo en la educación dominicana.
Un pilar de los adventistas es el MEA (Modelo de Educación Integral Adventista), que junta la formación académica con la espiritual, usando el libro La Educación de Ellen G. White como guía.
“Hay muchos centros educativos que tienen buena filosofía y buenos programas, pero estamos seguros de que, con ese modelo que tenemos, estamos haciendo un trabajo con el que nuestros estudiantes van a salir preparados”, añadió Beltré.
Los coles adventistas y evangélicos siguen lo que dice el Minerd en cuanto al currículo, pero le meten su toque cristiano. Por ejemplo, cuando enseñan matemáticas, usan historias de la Biblia como el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, pa' que los muchachos entiendan el concepto y los valores.
Beltré también resaltó que dan educación sexual basada en la Biblia, para orientar a los jóvenes de una manera clara y formativa.
En esa misma línea, Juana Oviedo, presidenta de Anace, dijo que los coles evangélicos respetan el currículo oficial, pero lo ven desde una cosmovisión cristiana.
“Entiendo que su influencia (de la educación evangélica) es de mucho valor, porque los jóvenes llegan a los centros con ciertas conductas, y luego a través de la consejería, y la palabra de Dios, el cambio es radical”, expresó.
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