Oye, loco, te voy a contar de esta vaina que salió al cine. "The Accountant 2" con Ben Affleck, no es que sea la gran cosa, pero tampoco es un desastre completo. Tú sabes que siempre tiran pilas de películas de terror en Halloween y en diciembre llegan las de Navidad, pero en esta época, nadie está pensando en declaraciones de impuestos. Pero mira, ahí viene "The Accountant 2", la secuela de esa película de 2016 que nadie estaba pidiendo, pero tú sabes cómo es Hollywood, si pega, le sacan otra. Esta tiene la ventaja de que no tiene mucho que demostrar, con que cuadre los libros ya es un logro.
En la primera película, Affleck hace de Christian Wolff, un contador que era más aburrido que una misa de cuerpo presente, pero que ayudaba a los tigres malos a lavar su dinero y arreglar sus cuentas. Ahora, el pana mezcla eso de ser meticuloso con ser un tipo que busca justicia, usando su conocimiento de impuestos y papeles para encontrar pistas. La mejor escena es cuando destapa un lío de tráfico humano en una pizzería porque se dio cuenta de unos gastos raros en cajas de pizza. Así que ya tú sabes, guarda tus recibos.
Affleck siempre ha sido más de hablar y tener carisma, este papel como que no le va. Eso era para Matt Damon, su pana de "Good Will Hunting". En "The Accountant 2", esto es más evidente cuando lo ponen con Jon Bernthal, que hace de su hermano Braxton, un tipo más loquillo y relajado. El hermano tiene su talento para el desorden, pero tiene sus sentimientos encontrados sobre la relación con Wolff. Los dos hacen un buen dúo, pero el problema es que la historia se toma su tiempo en llegar a ellos.
La película empieza media enredada, con una escena de engaño que confunde el primer acto. Un jefe retirado del FBI, Raymond King (J.K. Simmons), está en un lío buscando a unos refugiados centroamericanos. Pero resulta ser un lío de asesinato con francotiradores y una asesina misteriosa (Daniella Pineda) rondando. Al final, King termina muerto y con un mensaje en el brazo: "Encuentra al contador".
Marybeth Medina (Cynthia Addai-Robinson), que era protegida de King, toma el caso. Ella sabe cómo encontrar a Wolff, no con una señal de Batman, pero llamando a un centro de investigación en Nueva Inglaterra. Wolff vive tranquilo en una caravana, trabajando en una oficina llena de jóvenes hackers autistas. Las escenas aquí son medio torpes y no siempre avanzan la historia, pero tienen su gracia.
Cuando Braxton aparece, después de otra introducción rara, la película finalmente encaja en su estilo único. Aunque "The Accountant 2" no aguantaría un escrutinio muy profundo, tiene su vibra. Es desordenada, pero sabe cuánto debe tomarse en serio y cuánto puede ser absurda sobre un contador superdotado.
Con lo que está pasando con la administración Trump recortando empleos del IRS y la comisionada renunciando por usar datos para deportar inmigrantes, para los que trabajan ahí, "The Accountant 2" podría ser una película bien catártica. Se estrena en los cines el jueves, y tiene clasificación R por violencia y lenguaje fuerte. Dura 125 minutos y le doy dos estrellas y media de cuatro.
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