Oye, loco, tú sabes que ahora la música se ha vuelto como un producto de supermercado, donde lo que importa es la cantidad y no la calidad. En este lío, la "música a granel" está de moda, y es como una vaina que se hace en serie, siguiendo fórmulas baratas y sin mucho arte. La música urbana, como el reguetón y el dembow, está alante en este coro.
Tú sabes que hacer reguetón es más barato que hacer salsa o merengue, porque no se necesita un reguero de músicos ni una producción tan fina. El reguetón se hace con beats ya listos y no se requiere mucha gente ni tecnología. Aunque esto funciona, mucha gente critica esta simplicidad.
Arcángel, un duro del reguetón de Puerto Rico, no se cortó un pelo al criticar su propio género. En una charla con Jorge Pabón, Arcángel dijo: “Yo canto reguetón, uno de los géneros musicalmente más pobres que existe en la historia de la música. El reguetón se hace con un pianito. No es lo mismo que hacer esta música en la que necesitas meter todos los músicos a la cabina, hay que leer música. En el reguetón, si tú hablas disparates y te mueves bien, ya no tienes ni que hacer eso, si te vistes cabrón, tienes comida en el reguetón”. Para él, el reguetón ya no es arte, es un negocio.
Mientras tanto, los artistas que quieren hacer música de verdad, con alma y sin ceder ante las modas del mercado, la tienen difícil. Pavel Núñez lo dice claro: “El verdadero arte no es solo arte. Es contrapeso”. Él cree que hacer música de autor hoy en día es un acto de rebeldía, como darle esperanza a la gente en medio de tanta música vacía. “En un mundo de valores también hay antivalores. Esto es equilibrio", dice Pavel, hablando de la elección entre música masiva y arte auténtico.
En esta onda, Diego Jaar, que participó en el concierto “Canten”, también dio su opinión. Él critica que la vulgaridad y el morbo son lo que hace popular la música urbana, enfocándose más en lo superficial que en el contenido.
Entonces, la polémica con la canción "+57" de Karol G, Feid, Maluma, J Balvin y otros ha dado de qué hablar. Algunos dicen que las letras hablan de temas sensibles como la sexualización de menores. La revista Rolling Stone en Español fue la que prendió el avispero, especialmente por la frase: "Mamacita desde los fourteen (14)". Karol G y J Balvin respondieron, diciendo que aunque la crítica fue dura, la colaboración entre talentos colombianos es un mensaje de unión.
Al final, cambiaron la letra de la canción, sustituyendo "fourteen" por "eighteen", y eso ya se escucha en Spotify y pronto en otras plataformas.
Frente a todo esto, conciertos como “Canten”, donde participaron Pavel Núñez, Diego Jaar, Daniel SantaCruz y Frank Ceara, son una respuesta para ofrecer algo diferente. Frank Ceara lo dice claro: “Se crean oportunidades. Si las marcas ven que están apoyando a los artistas, se crean oportunidades. Si el productor de afuera que está buscando un artista dominicano por un circuito ve que lo apoya, se crean oportunidades. Y eso es lo que estamos buscando”.
Estos proyectos son importantes porque permiten que los artistas se junten y creen cosas nuevas. Pavel quiere que cosas como “Canten” se hagan todos los años, formando una cantera de talentos y abriendo puertas para los que están comprometidos con la calidad.
En resumen, la música de hoy está entre lo masivo y lo auténtico. Aunque el reguetón y otros géneros comerciales tienen mucha gente detrás, los artistas que buscan hacer arte de verdad son una opción viable, aunque difícil. Eventos como "Canten" son clave para devolverle el valor al arte genuino, ofreciendo al público algo más que entretenimiento superficial: una experiencia artística auténtica que eleva a quienes la disfrutan.
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