La exviceministra de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, doña Milagros De Camps Germán, está metida en un lío grande con el comunicador Ángel Martínez. Parece que el hombre estaba hablando de más y no se presentó a las audiencias por otros líos de difamación, así que lo agarraron por rebelde.
Doña Milagros no está sola en esto, porque tiene seis abogados que la están representando. Metieron una querella contra Martínez y otros cinco personajes: Franchesca Castillo, José Manuel Mesa, Lya Báez, Aquiles Jiménez y Kiko Schwerer. Parece que la cosa es seria porque lo hicieron ante la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional. Los abogados dicen que este caso es importante para ver hasta dónde llega la libertad de expresión en las redes.
La acusación es por difamación e injuria agravada, según los artículos del Código Penal y otras leyes. Todo esto porque, según ellos, estuvieron publicando cosas en redes sociales diciendo que doña Milagros está embarazada y que el papá es el mismísimo Presidente, Luis Abinader. ¡Tú ves, qué lío!
Dicen que lo hicieron con burla y manipulación, y que eso dañó la reputación de la exfuncionaria. Los abogados de ella piden una indemnización de 10 millones de pesos para el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), porque doña Milagros está comprometida con el medio ambiente.
Los abogados dicen que lo que dijeron no es libertad de expresión, sino pura mentira y ofensa. “Este caso representa un ejemplo claro del ejercicio desmedido de la libertad de expresión, donde el pensamiento no es el motor de las declaraciones, sino el odio, la manipulación y el descrédito”, dicen ellos en la querella.
Ayer agarraron a Ángel Martínez porque tenía cuatro años en rebeldía por otro lío que tenía con el diputado Sergio Moya (Goris) y nunca fue a las audiencias. Hoy le quitaron la rebeldía, pero no puede salir del país y tiene que presentarse regularmente.
También está el presidente de Indotel, Guido Gómez Mazara, que tenía otro lío con Martínez, pero llegaron a un acuerdo y el hombre se retractó de lo que había dicho. Su abogado, Joaquín Zapata, dice que primero lo mandaron a buscar, pero ya se arregló la cosa con ese acuerdo.
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