El domingo pasado, 13 de abril del 2025, el mundo le dio su adiós al escritor peruano Mario Vargas Llosa, que murió a los 88 años en su Perú querido. Aparte de su legado en la literatura, tenía una conexión especial con República Dominicana. En el 2002, le dieron el Premio Caonabo de Oro, el máximo premio cultural de aquí, que lo da la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores, ahora llamada ASEPED.
Ese día, Vargas Llosa compartió el escenario con gente importante como el periodista Juan Bolívar Díaz, el escritor Federico Henríquez Gratereaux y el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, que recibió un Caonabo Extraordinario. La ceremonia fue en el Salón de Actos del Patronato de la Ciudad Colonial. Salvador Pittaluga Nivar, que era el presidente de la ADPE en ese entonces, dijo lo emocionados y honrados que estaban de tener al autor de "La Fiesta del Chivo" allí, junto a su esposa Patricia.
"Que Vargas Llosa haya aceptado este humilde galardón eleva nuestra gratitud y la dimensión de esta entrega", dijo en ese momento. En su discurso, el escritor confesó que su conexión con el país empezó mucho antes de escribir su famosa novela sobre la dictadura de Trujillo. “Fue en 1975, durante mi primera visita, que nació de forma vaga la tentación de contar esta historia”, dijo Vargas Llosa. “Escribir La Fiesta del Chivo fue una experiencia profundamente conmovedora”.
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