El cineasta que le dio en la madre a los cuentos históricos
Marcel Ophuls, el tigre del cine que ganó el Premio de la Academia, se nos fue a los 97 años. Este señor, que hizo el documental "The Sorrow and the Pity" en el 69, le metió mano al mito de que casi toda Francia se resistió a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Según su nieto, Andreas-Benjamin Seyfert, y lo que le contó a The Hollywood Reporter, Marcel se nos fue tranquilito en su casa en el suroeste de Francia este sábado.
Aunque más tarde el hombre ganó un Oscar por "Hôtel Terminus" en el 88, que era sobre el criminal nazi Klaus Barbie, su película "La tristeza y la piedad" fue la que rompió esquemas. No solo cambió su carrera, sino que también puso a Francia a mirarse en un espejo con su pasado.
El documental fue tan fuerte que lo prohibieron en la tele francesa por más de diez años. Los jefes de la tele decían que "destruyó los mitos que los franceses aún necesitan". No lo pusieron en la tele nacional hasta el 81. Simone Veil, que sobrevivió el Holocausto y era como la conciencia moral de la Francia de después de la guerra, no quiso apoyarlo.
Pero para los jóvenes de ese tiempo, en un país que todavía estaba sanando de las locuras de la guerra, la película fue como abrir los ojos. Le dio en la madre a la memoria y la identidad nacional.
El mito que desbarató fue el que Charles de Gaulle había construido con mucho cuidado. Según él, los franceses habían resistido a los nazis todos juntos como un solo pueblo. La colaboración era cosa de unos pocos traidores. La República Francesa, decía él, nunca dejó de existir.
Pero "La tristeza y la piedad", que fue nominada al Oscar de mejor documental en el 72, contaba otra cosa. Grabada en un blanco y negro bien crudo y con más de cuatro horas y media de duración, la película se enfocó en Clermont-Ferrand, una ciudad en el corazón de Francia.
Con entrevistas largas y sin filtro a agricultores, tenderos, maestros, colaboradores, miembros de la Resistencia Francesa y hasta el excomandante nazi de la ciudad, Ophuls dejó al descubierto las ambigüedades morales de la vida bajo la ocupación.
La película mostró cómo la policía francesa ayudó en la deportación de judíos, cómo los vecinos se quedaron callados, cómo los maestros no recordaban a sus colegas que desaparecieron y cómo muchos simplemente se adaptaron. La resistencia, según "La tristeza y la piedad", era la excepción, no la norma.
Marcel dejó a su esposa, Régine, sus tres hijas y tres nietos.
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