Mira, en esa cumbre están metidos los pesos pesados: el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, y el de Guyana, Irfaan Ali. También andan por ahí los primeros ministros de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves, y el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa. El presidente de Brasil, Lula, tiró un ofrecimiento bien chévere a los países del Caribe: compartir su experiencia en la producción de alimentos, porque, como él dice, Brasil es uno de los duros en eso de producir y exportar comida.
Lula soltó esta: "Más de doce millones de caribeños están en situación de hambre" y dice que todavía no se han explorado todas las "enormes oportunidades para la cooperación" con Brasil. Esto lo dijo al inaugurar la Cumbre Brasil-Caribe. También está presente el presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Fritz Alphonse Jean, mientras que Belice, Dominica, Granada, Jamaica, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago están mandando a sus representantes a nivel ministerial.
Lula está claro en que la experiencia brasileña, que quiere compartir con el Caribe, muestra que "el hambre solo es superado con una conciliación de buenas políticas públicas y una adecuada financiación". Él le sugirió a los países caribeños que se unan a la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, que Brasil lanzó el año pasado en el G20, para que pudieran aprovechar iniciativas que están funcionando a nivel mundial.
Lula sigue insistiendo en que hay que fortalecer los lazos con Brasil porque el Caribe es "fundamental" para el desarrollo de toda América Latina. También está pensando en cómo mejorar las conexiones aéreas y marítimas entre Brasil y el Caribe, porque eso ayudaría a mover el comercio, que según él tiene "un potencial enorme" que no se está aprovechando.
El hombre lo dijo claro: "no tiene ningún sentido que Brasil, como granero del mundo, no esté presente en la mesa de los caribeños", pero también señaló que "las mercaderías solo circulan cuando hay caminos abiertos". Según Lula, la falta de conexiones es la razón de por qué el Caribe exporta más a Estados Unidos que a Brasil.
El intercambio comercial entre Brasil y los países del Caribe llegó el año pasado a unos 4,000 millones de dólares, pero el 75 % de eso está entre Brasil, Guyana, República Dominicana y Trinidad y Tobago. Las exportaciones brasileñas sumaron el año pasado 2,700 millones de dólares, así que la balanza está inclinada en contra del Caribe, que anda buscando más espacio en el mercado de Brasil, que es la economía más grande de Latinoamérica.
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