Oye, mi gente, déjenme contarles lo que está pasando con los hermanos haitianos que andan buscándose sus pasaportes aquí en RD. La vaina está en que ellos se están quejando de que en la embajada de Haití la cosa va más lenta que un lunes sin café. Ellos dicen que el problema no es con las autoridades dominicanas, sino con el lío que tienen para conseguir el pasaporte allá en su embajada.
Con el plan migratorio que hay ahora, los haitianos están resaltando lo difícil que se les hace renovar su pasaporte por lo lenta que es la cosa. Desde temprano, se ven pilas de haitianos en Migración, algunos hasta con la familia entera, para cumplir con sus citas, mayormente para poner al día sus permisos de trabajo.
Aunque algunos ya lograron sacar sus documentos, cuentan que muchos de sus compatriotas pasan un trabajo del carajo, sobre todo para conseguir el pasaporte. Dicen que han tenido que aflojar entre 35 mil y 50 mil pesos dominicanos para resolver "por debajo de la mesa" y tenerlo más rápido.
Un hombre aseguró que el lío no es con las autoridades dominicanas, sino con la brega que tienen en Haití, que les dificulta regularizarse a menos que suelten su buen billete. Una doña también dijo que algunos han tenido que pagar hasta 50 mil pesos para tener el pasaporte a tiempo.
"El problema más grande es que, sin pasaporte, el haitiano no puede hacer nada, no puede sacar la carta de trabajo, ni la de buena conducta, ni renovar el carnet de Migración", comentó Elmane St-Marc. Él agregó que el que tiene cuarto resuelve, y el que no, se queda trancado.
Otro pana dijo: "Tengo que andar con mi pasaporte, pero si está vencido, como quiera Migración me lleva. Cuando no tienes a nadie ahí adentro, nada vale. Tengo 12 meses esperando".
Diario Libre trató de conseguir una respuesta de la embajada haitiana, pero no hubo manera de obtener declaraciones oficiales antes de cerrar esta edición.
Por otro lado, la Dirección General de Migración (DGM) empezó ayer a entrenar a 400 nuevos agentes de interdicción. El Vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester, que está a cargo de la DGM, dijo que el entrenamiento se enfoca en respetar los derechos humanos y la dignidad de todos, cumpliendo la ley y evitando actuaciones arbitrarias.
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