El artista era uno de los miembros de honor del corillo, que junta a más de 100 doñitas y doñitos que se criaron juntos en Haina. Los Haineros Dorados no son un coro de fans de Rubby Pérez, son una familia que reúne a más de 100 personas de la tercera edad que compartieron su niñez en Haina, allá en San Cristóbal. Así lo contó uno de sus panas, Rafael Amador Pérez.
Unos cuantos que salieron de la escuela Max Enríquez Ureña decidieron montar este grupo: uno de sus miembros de honor era la voz más alta del merengue, quien siempre estaba ahí en sus coros navideños, según dijo Pérez. "Somos una familia", comentó. 27 de ellos fueron al concierto del merenguero este lunes en el Jet Set, sin pensar que para algunos sería su último vacilón.
Después de que se cayera el techo de la discoteca en la madrugada, 17 de ellos se nos fueron, según contó Pérez. Dijo que no puede decir cuántos de los que murieron eran de Haina, ya que solo tienen un aproximado de los miembros del grupo que fueron, pero no de los familiares o amigos que los acompañaban.
Dijo que siempre apoyaban al merenguero en muchas de sus tocadas. Además, iban juntos a muchas actividades e incluso tenían planes de irse a Colombia. Dijo que el corillo se formó hace tres años y que, al menos los que viven en Haina, se juntan casi todos los días en un sitio en la calle Duarte para compartir y pasarla bien.
Ahí se ponen a hablar de la vida, jugar dominó, gozar de karaoke, música y, sobre todo, de estar juntos, contó Pérez. Entre los que se fueron están Luis Emilio Guillén, vicepresidente del grupo; su hermana Milagro Guillén; Andrés Pichardo; Juana Vásquez; y Juana Pérez. También Isabel Cabrera y Héctor Cabrera, una parejita que vivía en Estados Unidos y vino a gozar de la fiesta.
Por otro lado, Patricia Ovalles salió con unos golpes, mientras que Nelson Pimentel y Mayra Vallejo no se hicieron nada, según relató Pérez. Además de Los Dorados, otros de Haina fueron el lunes pasado a la discoteca donde se cayó el techo, entre ellos una pareja que fue a disfrutar del show con otros familiares.
Eran Joan Santana Pion y su esposa Lucía Cruz, quienes fueron con la hermana de ella, Ruth Dilenia Cruz, y el esposo de esta, Manuel Santana. El hermano de Joan, José Santana, expresó la tristeza que hay en las familias de Haina y dijo que hay que mejorar los sistemas de rescate. Contó que, después de horas buscando en hospitales, al final encontraron su cuerpo esta mañana en la morgue.
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