En el barrio, la cosa fue así: Urbano Eugenio García y Máximo Pérez Berigüete, que son los jefes de una vaina de transporte, se metieron en un lío grande. El Ministerio Público los tiene en la mira porque dicen que estaban tratando de mandar un montón de armas y balas pa' Haití, pero los agarraron aquí antes de que se fuera la cosa.
La justicia de Santo Domingo Oeste no se anduvo con cuentos y le echó un año de cárcel preventiva a estos dos. No soltaron prenda sobre cómo se llama la empresa ni si era esa misma la que iba a recibir toda esa cuestión.
El Ministerio Público pidió que la vaina se tratara como un caso complicado, y el tribunal les hizo coro. Así que a Urbano lo mandaron pa' la cárcel de Haras Nacionales en Santo Domingo Norte, y a Máximo lo van a tener en Najayo-Hombres, allá en San Cristóbal.
El lío es que el cargamento venía de Miami, en un contenedor de paso, y traía una barbaridad de más de 36,000 balas de to’ los calibres, pilas de cargadores de fusil y pistola, un silenciador, y una caja de pistolas. Entre las armas, había un fusil Barrett de calibre 50, 17 fusiles de calibre 7.62, un fusil calibre 9, cinco Glock de 9 milímetros y una Uzi.
La Dirección General de Aduanas y el Ministerio Público hicieron la vuelta pa’ decomisar todo eso en un contenedor que venía de Miami pa’ Haití.
El abogado de los dos, Luis Matos, no se quedó callado y le dio pa’ allá al tribunal diciendo que sus clientes son "tontos útiles" y que solo tenían una empresa de transporte. “Es muy difícil que ellos supieran lo que iba dentro del contenedor”, dijo.
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