Oye, te voy a contar lo que pasó con Miriam Germán Brito, pero en buen dominicano de barrio. Mira, en un acto del Tribunal Constitucional pa'l Día Internacional de las Juezas, la doña Miriam Germán Brito, que es una dura en eso de la justicia, habló de lo fuerte que es ser jueza. Dijo: "En este oficio no se puede negar que se sufre". La doña recibió un reconocimiento y aprovechó pa' hablar de lo importante que es estar en paz con uno mismo y ser justo.
Ella mencionó una vaina personal, se lamentó de un pana que llamó "el sepulturero de una amistad", porque el tipo esperó a que ella estuviera pa' irse y ya no tuviera "valor de uso" pa' soltarle algunas cosas delante de la prensa. Dijo que eso era una bajeza, pero que gracias a su abuelo, un mulato bacano y culto, aprendió a no guardar rencores, porque el resentimiento "es un huésped ingrato que se come al que lo alberga".
La ceremonia fue en la Suprema Corte de Justicia, con el magistrado Napoleón R. Estévez Lavandier al mando, y to' los jueces del TC allí pa' rendirle homenaje a Germán Brito. Empezaron con el malletazo del magistrado Estévez y un video que mostró todo lo que ella ha hecho por la justicia en el país. Los jueces la elogiaron y ella, emocionada, agradeció el reconocimiento, destacando la equidad de género en su trabajo.
La magistrada dijo: "Quiero dar las gracias a todos los miembros en la persona del presidente y nuestros amigos todos del Tribunal Constitucional por haberme considerado digna de este reconocimiento". Germán Brito, una de las juristas más duras de RD, fue procuradora general desde agosto 2020 hasta febrero 2025, y también estuvo en la Suprema Corte de Justicia, siempre defendiendo la independencia judicial y los derechos fundamentales.
Aunque reconoció que sus palabras parecían fuera de lugar en el homenaje, explicó que solo quería hablar de las presiones y maltratos que enfrentan los jueces, incluso cuando hacen las cosas bien.
Y pa' rematar, la semana pasada, el jurista Ramón Antonio (Negro) Veras le tiró unas críticas a la gestión de Miriam Germán como procuradora. Dijo que al principio confió en ella por su trayectoria, pero que la cosa cambió cuando vio que desde la Procuraduría se estaban armando expedientes contra gente seria. Según él, le dijo todo esto en persona y por escrito, pero sus palabras "se estrellaron contra el silencio".
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