Las cuevas del Pomier: "el mayor tesoro indígena de República Dominicana" ta en peligro

Oye, tú, en el Pomier se encontraron las primeras pinturas rupestres del mundo, ¿tú sabía eso? Pero ahora, ta’ la cosa fea porque las minas que están cerca amenazan con destruir esas cuevas.

Hace más de 500 años que se escribe de esas cuevas. Fray Ramón Pané, que vino con Colón en su segundo viaje, fue el primer arqueólogo de aquí. Después, en 1523, Pedro Mártir de Anglería hizo un viaje pa’ allá pa’ estudiar por qué los indígenas de México, Colombia y Venezuela venían a visitar esas cuevas de vez en cuando.

Esas cuevas tienen pictografías precolombinas únicas que nos revelan cómo vivían los taínos. A través de esas pinturas, podemos saber de sus costumbres, miedos, placeres y lo que les preocupaba. Una de las historias que cuentan es la de un ave grande que agarra a una persona. Se cree que había un animal que, en vez de ser cazado por los taínos, cazaba a los taínos. También se ven ritos, chamanes, animales y mucho más.

Pero ahora vienen las compañías mineras y están acabando con esas cuevas. Domingo Abreu del Espeleogrupo de Santo Domingo ha estado luchando por años pa’ que no las destruyan. Él dice: "Estas cuevas están consideradas como la capital del arte rupestre. Estaríamos perdiendo la capital primigenia, mística, religiosa y cultural de las culturas que estaban aquí antes de la llegada de los europeos".

El problema es que la minería con dinamita que están haciendo cerca no se lleva con la conservación de las cuevas. "No hay posibilidad de coexistencia entre ese tipo de minería y la conservación de las cuevas y el tesoro rupestre", dice Abreu.

El viceministro de Áreas Protegidas y Biodiversidad también está preocupado. Él dijo que las explosiones, aunque sean fuera del área protegida, pueden hacer vibrar las cuevas y dañarlas. "Eso está demostrado", explica.

Para él, la solución es mover las explotaciones mineras pa’ otro lado. Pero, loco, esa no es una solución fácil. Mucha gente de la comunidad vive de trabajar en esas minas. Quitarlas o moverlas sería un golpe fuerte para ellos. Muchos se quedarían sin trabajo.

El ingeniero Richard Corporán dice que ya no están haciendo voladuras ni están dentro del área protegida y que quieren que las dos actividades coexistan. Pero Francisco Jorge Corporán, que está ahí también, está preocupado. "¿Para dónde vamos a ir? Si cierran la mina más de 300 familias vamos a tener que coger para el palacio", se queja.

La comunidad cree que las minas no afectan a las cuevas, pero los expertos dicen que sí. La situación es complicada porque hay dos lados de la historia, y ninguno sale ganando del todo. En el Pomier se está jugando con la historia precolombina y el sustento de mucha gente.

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