Oye, compay, déjame contarte lo que está pasando con una película que ta' dando de qué hablar. Resulta que "Cónclave", esa película, ha pegao' fuerte y ha metido en el ambiente popular todo el drama de uno de los momentos más serios de la Iglesia Católica. Tú sabes que en el Vaticano siempre ha sido un lío hablar de un cónclave cuando el papa está malito, porque dicen que es de muy mal gusto estar pensando en el próximo papa mientras el actual ta' luchando por su vida. Y más ahora que el papa Francisco ta' fajao' contra una neumonía doble en el hospital Gemelli de Roma.
Pero, mi hermano, el éxito de "Cónclave" ha puesto todo patas arriba. Esa película ha traído a la luz las reglas raras y la ceremonia gloriosa del cónclave, y ha metido a la jerarquía católica en un lío mientras están rezando por Francisco.
La peli no es de esas que uno puede decir que es de mal gusto o que falta el respeto, porque trata el tema del cónclave con seriedad y muestra bien los rituales antiguos y los problemas que la Iglesia enfrenta hoy en día. Hasta los periódicos vaticanos y de la conferencia de obispos italianos le han dado buenas críticas. Claro, esas críticas salieron antes de que Francisco cayera en el hospital el 14 de febrero con esa infección pulmonar que lo ha tenido fuera de combate por tanto tiempo.
La cosa se ha puesto más seria porque, desde el principio, la figura de Francisco está ahí en la película, desde las escenas en el hotel Santa Marta del Vaticano, donde él decidió vivir, hasta uno de los personajes principales de la trama. Y con los medios de comunicación del mundo entero encima de Roma para ver cómo sigue Francisco, la película ha despertado el interés en lo que podría pasar en un cónclave de verdad.
"Cónclave", dirigida por Edward Berger y basada en la novela de Robert Harris, con Ralph Fiennes como el decano del Colegio de Cardenales, está nominada a ocho Oscars, incluyendo Mejor Película. Ya ganó un premio Bafta y un premio SAG.
El autor de la novela, Robert Harris, sabe bien lo delicado del momento y dice que no quiere aprovechar la situación para buscar publicidad. "He estado rechazando todas las solicitudes para hablar sobre ello y un futuro cónclave porque creo que eso es de un mal gusto extremo", dijo Harris a The Associated Press. "Realmente espero que Francisco tenga muchos años más por delante".
El viernes, Francisco tuvo un susto cuando inhaló vómito después de un ataque de tos, pero el sábado ya estaba de pie bebiendo café, lo que sugiere que no dependía de la máscara para respirar. Los médicos dicen que necesitan de 24 a 48 horas para ver cómo le afectó ese episodio, mientras mantienen su pronóstico reservado.
Todo este lío ha hecho que la peli sea un poco incómoda para quienes están pendientes de la salud de Francisco y preocupados por lo que esto significa para la Iglesia. La peli empieza con la muerte del papa y trata sobre las maniobras políticas detrás de elegir al sucesor. El cardenal Thomas Lawrence (Ralph Fiennes) es el decano del Colegio de Cardenales, y tiene que organizar el cónclave mientras lidia con sus propios problemas de fe.
Massimo Faggioli, un teólogo de la Universidad de Villanova, dijo que la peli es "tristemente efectiva" al mostrar la inestabilidad por la que pasa la iglesia y cómo un simple acto puede arruinar a alguien. "Las principales amenazas (vienen) ahora no del exterior (Napoleón, o Hitler, o la secularización), sino del interior (especialmente el miedo a otro escándalo sexual)", expresó.
El director de la peli, Edward Berger, se toma algunas libertades creativas. Lawrence, por ejemplo, habría sido excomulgado un par de veces por sus esfuerzos para navegar la intriga, pero es Hollywood, y todo se vale.
Los medios católicos amaron la película. Avvenire, un periódico del Vaticano, elogió la peli por sus giros de trama y comentarios interesantes sobre el estado actual de la Iglesia. "Enfrentémoslo: ‘Cónclave’, que nos lleva al corazón de uno de los eventos más misteriosos y secretos del mundo, es una película altamente entretenida, especialmente para un público estadounidense que no es terriblemente exigente", dijo Avvenire.
Alessandra Comazzi, escribiendo para L’Osservatore Romano, destacó el papel de Isabella Rossellini como la hermana Agnes y dijo que la película logró tratar el cónclave como un thriller sin ofender. "El decano Lawrence tiene que gobernar el cónclave y liberarlo de estos falsos profetas", señaló.
Pero un cardenal cercano a Francisco no está de acuerdo. El cardenal Sean O’Malley, que votó en el cónclave de 2013 que eligió a Francisco, dijo que su experiencia no fue como una conspiración política. Él y sus hermanos cardenales sabían que millones de católicos estaban rezando "para que el Espíritu Santo nos guiara en nuestras deliberaciones". "Es una experiencia muy diferente de lo que ellos retrataron en la película", escribió. "Por todo su valor artístico y de entretenimiento, no creo que la película sea una buena representación de la realidad espiritual de lo que es un cónclave".
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