El tipo, Juan Méndez Nival, y lo que encontraron fueron entregados al Ministerio Público. La poli se armó de valor y se metió en un lío grande cuando, en un allanamiento, le cayó a un hombre, Juan Méndez Nival, de 57 años, y le encontró un arsenal de armas de fuego que parecía sacado de una película.
La gente de la Dirección Regional Sur Central llegó de sorpresa a una casa en la urbanización Palo Alto, allá en Baní, provincia Peravia. Cuando revisaron bien, encontraron cuatro fusiles, algunos hechos en Serbia y Rumania, una escopeta de esas de 12mm, tres pistolas entre las que había una Glock y una Beretta, un revólver calibre 357, un montón de cargadores, incluyendo dos de tambor para la Glock, y 175 balas de diferentes tamaños.
Pero eso no fue todo, porque también se quedaron con tres motores que dicen que se usaban para cosas chuecas: una Yamaha RX-Z negra, una Yamaha blanca y roja con una placa que no cuadraba, y una Aprilia negra que corre como el viento.
Todo este lío se armó en conjunto con la Policía Preventiva, la Subdirección Regional de Investigación (Dicrim) y el Ministerio Público, tratando de acabar con los tigueres que andan haciendo de las suyas en la provincia Peravia.
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