Oye, mira, hay un estudio que dice que dar golpes deja marca, tanto en el cuerpo como en la mente, a corto y largo plazo. Resulta que el 50.7 % de los chamaquitos de uno a cinco años reciben su tablazo, que es la forma de disciplina violenta más común, según lo que dice la Oficina Nacional de Estadística (ONE) en su informe sobre la "Situación de la primera infancia en la República Dominicana".
Si comparamos los datos por género, los varoncitos llevan la delantera con un 53.6 %, que es 6.1 puntos más que las niñas, que tienen un 47.7 %.
Los castigos van desde sacudidas, pelas, golpes o nalgadas con la mano, hasta golpes con algún objeto, galletas o trompadas en la cara, en la cabeza, en las orejas, en las manos, en los brazos o en las piernas, e incluso palizas donde se le da con todas las ganas al niño, según la encuesta Enhogar-MICS 2019, usada para este estudio.
La cifra sube a un 63.6 % cuando se ve toda la población de la primera infancia en RD que ha pasado por algún método de disciplina violenta, afectando más a los varones (64.0 %) que a las niñas (63.1 %).
Aquí en el país, usar métodos de disciplina que no sean violentos es raro, ya que solo un 20.4 % de los chiquitos estudiados fueron disciplinados sin violencia.
Los niveles más altos de disciplina violenta se ven en los niños cuyas madres tienen poca educación: ninguna (72.7 %) y primaria (65.5 %), así como en aquellos que no viven con sus padres (63.9 %) o que solo viven con sus madres (66.2 %).
Los niños que viven en casas donde manda una mujer (65.1 %) tienen más chance de recibir disciplina violenta en comparación con los que viven en hogares donde manda un hombre (62.3 %).
Aquí en RD, el 47.9 % de los niños y niñas de uno a cinco años pasan por agresión psicológica como forma de disciplina, según datos de la ONE.
Los gritos o usar palabras como "tonto", "vago" o "haragán" son comunes. A diferencia del castigo físico, en esta disciplina las niñas son las que llevan la peor parte con un 49.3 %, frente a un 46.6 % de los niños.
Un reporte de 2022 de Unicef dice que la violencia contra los niños y adolescentes en América Latina y el Caribe se debe, entre otras cosas, a la cultura patriarcal, la falta de conciencia sobre métodos disciplinarios no violentos y normas sociales autoritarias.
Unicef dice que la violencia frena el desarrollo de los niños y adolescentes, y tiene efectos inmediatos o a largo plazo en su salud física y mental, afectando sus habilidades de aprendizaje y su rendimiento escolar.
Dar pelas como método de crianza es mal visto por organismos internacionales porque afecta negativamente el desarrollo emocional, social y psicológico de los menores, y no ayuda a cambiar comportamientos a largo plazo.
La Convención sobre los Derechos del Niño, que RD firmó, dice que los países deben proteger a los niños contra toda forma de violencia, incluyendo el castigo corporal.
En RD, los artículos 396 y 397 de la Ley 135-06 sancionan todo tipo de abuso contra niños, niñas y adolescentes, incluyendo cualquier daño físico, psicológico o sexual.
Esta ley pone penas de dos a cinco años y tratamiento psicoterapéutico si el abuso lo cometen los padres, madres u otros familiares, tutores o guardianes del niño o adolescente.
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