La ciencia que ta' alante: las vacunas "ARN mensajero", el cáncer y la próxima pandemia

De la pandemia pal futuro, el poder del ARN mensajero

Oye, la gente siempre ha querido hablar mal de las vacunas desde que salió la primera en el siglo XVIII. Ya tú sabes, ignorancia, fanatismo y vainas de intereses han tratado de desacreditar las vacunas. Y más ahora con las vacunas de ARN mensajero.

Este descubrimiento es de lo más grande en la medicina últimamente. Con esta herramienta se pueden hacer vacunas personalizadas para el cáncer y otras enfermedades fuertes, y también para estar ready por si viene otra pandemia.

El COVID-19 nos dio duro, pero también fue un antes y un después para la ciencia. En menos de un año, pasamos del caos a vacunar a todo el mundo gracias al ARN mensajero, una tecnología que llevaba más de diez años cocinándose y que encontró su momento en la crisis.

Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, que usan ARN mensajero, demostraron ser muy efectivas, con más del 90 % de eficacia para prevenir enfermedades graves en sus primeros estudios (Polack et al., NEJM, 2020).

Pero también se vio que las vacunas que se ponen en el músculo tienen sus limitaciones, ya que no logran una respuesta fuerte en las mucosas y no protegen bien en la entrada del virus, que es el tracto respiratorio superior.

Ahora la cosa ha cambiado. Los científicos de todo el mundo están trabajando en otras opciones, como vacunas que se ponen por la nariz, orales o en la piel, que prometen dar inmunidad local en las mucosas y parar el virus desde que entra.

Un estudio reciente en Science Translational Medicine (2023) mostró que una vacuna intranasal con vectores virales redujo bastante la transmisión del SARS-CoV-2 en animales.

En Estados Unidos, están metiendo mano con el Proyecto NextGen, una iniciativa que dirige la Autoridad para el Desarrollo de la Investigación Biomédica Avanzada (BARDA), y han puesto más de 5 mil millones de dólares para acelerar una nueva generación de vacunas que sean más duraderas, universales, de una sola dosis y fáciles de usar.

Estas innovaciones no solo buscan proteger contra el COVID-19, sino también anticiparse a nuevas variantes y otros virus respiratorios que puedan aparecer. La meta es ambiciosa: crear una "vacuna universal" que funcione contra varias cepas y enfermedades, y que reduzca la necesidad de estar poniéndose refuerzos a cada rato.

Aunque hay gente que critica, el avance científico no para.

Pero tiene que ir junto con políticas públicas que aseguren que todos tengan acceso a las vacunas, infraestructura para distribuirlas y confianza social. También necesitamos estar abiertos a la investigación y la tecnología con inversión, si no queremos quedarnos otra vez fuera de la solución.

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