La cárcel Las Parras va a quitar eso de "pagar por camas y espacios" del viejo sistema penitenciario.

Roberto Santana, el capo de la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria (ONAPRE), soltó la lengua sobre la nueva cárcel de Las Parras: "Aquí no se va a vender camas ni espacios", dijo, cortando de raíz una de esas mañas que tenían en las jaulas viejas de RD.

El hombre, junto con el ministro de Vivienda y Edificaciones, Carlos Bonilla, y otros peces gordos, se dio una vuelta por Las Parras este viernes. "Cuando los más difíciles llegan, ya los mansos tienen el control y les dejan claro que aquí no se pagan camas ni se toleran abusos", soltó Santana, dejando saber que las reglas son diferentes.

Esta nueva cárcel, en San Antonio de Guerra, Santo Domingo, es parte del plan para modernizar y poner en condiciones decentes los sitios donde meten a la gente. "Este nuevo modelo no solo contempla mejoras estructurales, sino también un cambio en la filosofía del sistema, priorizando la rehabilitación sobre la represalia", explicó Santana mientras paseaba a la prensa por el sitio.

Olviden lo que pasaba en el viejo sistema, donde había que aflojar entre 500 y 1,500 pesos semanales por una cama, como en La Victoria. En Las Parras, esas movidas turbias van a ser cosa del pasado.

Las Parras se levantó sobre todo para aliviar el lío en La Victoria, la jaula más llena del país. "Esto se construyó para sustituir La Victoria. Para acá vienen sus internos. Además, aquí tenemos mayor capacidad: 8,000 plazas, mientras que en La Victoria actualmente hay poco más de 5,000 internos", explicó Santana, que también asesora al Poder Ejecutivo en temas de cárceles.

Cuando le preguntaron por qué no movían a toda la gente de una vez, Santana explicó que hacen una revisión primero. "¿Quién sabe trabajar? ¿Quién es maestro, cocinero? ¿Quiénes son mansos? Traemos primero a los que tienen habilidades y buena conducta, y dejamos para el final a los más conflictivos", dijo.

El modelo nuevo también tiene psicólogos para los presos. "Contaremos con un equipo de psicólogos y psiquiatras, además de educadores, personal de salud y programas de trabajo. No habrá ocio, ni corrupción, ni drogas, ni teléfonos, ni cobros ilegales", concluyó Santana.

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