Oye, mi gente, chequén esto: La Julia Roberts, ya con sus 57 años, se robó el show en el teatro Olympia de París. La vaina fue tan heavy que la gente no paraba de aplaudir y tuvo que decirles que se calmaran un chin. Ella misma dijo: "Tengo mucha suerte porque mi vida es un sueño", cuando le dieron el premio César de Honor en la gala 50 de esos premios que son la para en el cine francés.
Cuando por fin la gente hizo silencio, Julia soltó: "Catherine Deneuve, gracias por nacer", dando su respeto a la dura actriz francesa que estaba presidiendo la ceremonia. La hija de Julia le había dicho que escribiera un discurso, y aunque lo hizo, se le quedó en el hotel, así que tuvo que tirar de lo que tenía en la cabeza para hablar de su carrera y agradecer a la gente.
Ella dice que al que más le debe es a su esposo, y claro, no se olvidó de sus tres hijos, dedicándoles este homenaje del cine francés. La tipa se puso a reflexionar y soltó algo así como: "Es increíble que haya podido vivir cada día mi sueño", pero también aclaró que el éxito no se logra solo.
El actor Clive Owen, británico él, fue quien la presentó, diciendo que Julia es "una de las mejores actrices de nuestra época". La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, fue quien le entregó la condecoración y en sus redes dijo que Julia es una "actriz excepcional e icono intemporal" que ha dejado su huella en el cine.
Ah, y no se me olvide, en la misma gala también premiaron al director grecofrancés Costa-Gavras con otro César de Honor. ¡Eso es todo, mi gente!
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