"Jeff Bezos y Lauren Sánchez se casan en Venecia con un 'sí quiero'"

La boda de Jeff Bezos en Venecia levanta comentarios de to’ tipo, mientras la ciudad se llena de lujo y famosos.

El duro de Amazon, Jeff Bezos, y la ex presentadora Lauren Sánchez dieron el sí este viernes en Venecia, una ciudad ya llena de turistas, pero que espera sacarle provecho a la fiesta.

La ceremonia fue lo más de una semana entera de celebración, con superyates y un corillo de famosos. Los novios eligieron el hotel Aman, un palacio de esos finos que cuesta mínimo 2,000 euros la noche, y ya estaba lleno.

Chiara Trabuio, una muchacha de 26 años, dice: "esta boda es aceptable hasta cierto punto porque genera dinero". "Pero va contra la cultura y la naturaleza de la ciudad", comenta esta estudiante que vive en Mestre, que está ahí mismo al frente de Venecia.

Según los periódicos italianos, Bezos, de 61 años, y Sánchez, de 55, ya estaban casados por lo civil en Estados Unidos, pero se volvieron a casar en la isla de San Giorgio Maggiore, frente al Arsenal.

La boda fue en un gran anfiteatro al aire libre, con una serenata de Matteo Bocelli, hijo del famoso Andrea Bocelli, dicen los medios.

El chef Fabrizio Mellino, con tres estrellas Michelin, preparó la comida, y la torta la hizo el famoso pastelero francés Cédric Grolet, según lo que dice el diario Corriere della Sera.

Sánchez se iba a cambiar 27 veces durante las celebraciones, dicen los periódicos.

Por ahí andaban invitados como Kim Kardashian, Ivanka Trump, Leonardo DiCaprio, la reina Rania de Jordania y Oprah Winfrey.

Cuando le preguntaron qué le gustaba más de la ciudad de los canales, Bezos dijo sonriendo junto a su mujer en una lancha: "¡Miren a su alrededor! Esta ciudad parece imposible, no puede existir, y sin embargo aquí está", en un video que salió el jueves en el diario La Repubblica.

Aunque mucha gente de la ciudad no estaba de acuerdo, las autoridades locales defendieron recibir la boda del duro, uno de los más ricos del mundo, con unos 215,000 millones de dólares en acciones de Amazon.

El presidente de la región, Luca Zaia, dijo que Bezos va a donar 3 millones de euros a una asociación para proteger la laguna, la Universidad Internacional de Venecia y la Unesco.

"El 80% de los gastos de esta boda, cuyo coste se estima en al menos 40 millones de euros, tendrá un impacto en nuestras empresas y nuestros residentes", aseguró Zaia, un político de ultraderecha que gobierna la región del Véneto.

El Ministerio de Turismo calculó que la "visibilidad mediática" del evento generaría 895 millones de euros para la ciudad, pero dijo que esto "requiere verificación empírica".

Los dirigentes locales dicen que la elección de Bezos no tiene que ver con el exceso de turismo, contra el que ellos han tomado medidas, como que los visitantes paguen por entrar.

Unos 100,000 turistas duermen en la ciudad en temporada alta, pero hay muchos más que solo pasan el día. Mientras tanto, la gente del lugar es cada vez menos.

Para Samuel Silvestri, un comerciante veneciano de 55 años, "el exceso de turismo está principalmente causado por la gente que solo viene un día con la mochila en la espalda y su comida y que contribuyen en muy poco a la ciudad".

"No quienes transforman Venecia en un pequeño Montecarlo", dice él. "Esta boda moldea también la imagen de la ciudad", asegura.

Pero no todo el mundo está de acuerdo con la fiesta; hay un grupo que dice "No space for Bezos" (No hay espacio para Bezos). "Venecia no está en venta", gritaban algunos activistas el martes.

"Esta boda causa problemas en la ciudad: además de cierres de canales y controles más estrictos, hubo también una represión a los miembros de Extinction Rebellion", denunció Alice Bazzoli, una activista de 24 años de "No space for Bezos".

Según el prefecto de Venecia, Darco Pellos, el evento no necesitó de "refuerzo" policial más allá del dispositivo habitual de verano.

Bezos no es el primer famoso en casarse en Venecia. Hace 11 años, George Clooney y Amal Alamuddin lo hicieron sin tanto alboroto.

Pero el perfil de Bezos genera más divisiones por su gran fortuna y por las críticas sobre cómo Amazon trata a sus trabajadores o el impacto medioambiental de su empresa aeroespacial, Blue Origin.

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