Oye, te cuento lo que está pasando con el puente de la 17, ese que lleva más de 50 años ahí y que ahora la gente del barrio le tiene un miedo que pa' qué te cuento. Resulta que los líderes de la comunidad y los vecinos han estado diciendo que ese puente está más gastado que un zapato viejo. El lunes pasado, cuatro postes de luz se cayeron y eso fue como otro aviso de que se puede armar un lío grande.
Mira, en la iglesia Domingo Savio de Guachupita, el cura Eduard Rafael Figueroa está preocupado también. Él dice que el puente necesita una "intervención profunda, no más remiendos... Es como una uña mala, que uno se la recorta una y otra vez hasta que hay que sacarla completa". Aunque en la iglesia no se han puesto a hacer protestas, Figueroa dice que ya es hora de que levanten la voz.
Por su lado, Margarita Soto, que lleva más de diez años mandando en la Junta de Vecinos de Los Guandules, dice que el puente "es muy viejo... por ahí pasan muchos vehículos, muchos pesados. No es lo mismo que en 1973, cuando se construyó. Necesitamos un nuevo puente para aliviar la carga". Ella sugiere que construyan otro puente al lado para dividir el tráfico y que la cosa sea más segura.
También está Elba Herrera, que manda en la Junta de Vecinos de Gualey. Ella dice que las cosas que ha hecho el gobierno son "muy precarias" y que es "urgente" que hagan algo antes de que pase una tragedia. "Ese puente es muy viejo. Yo era una muchachita cuando lo hicieron. El descuido ha sido total", dice ella.
Cándida Rincón, que lleva más de 60 años viviendo cerca del puente, está preocupada por cómo se ha deteriorado. Aunque dice que no le da miedo vivir ahí, está clara en que necesitan arreglarlo bien. Ella y su hermana Magalys han visto pasar varios gobiernos y algunos arreglos al puente, pero ya están convencidas de que lo que hace falta es un "cambio real".
Ahora, el Ministerio de Obras Públicas está trabajando en el puente con la empresa Pinsa. Desde enero han estado limpiando la estructura, especialmente en la parte que da a Los Guandules y Gualey. Después de lo que pasó en la discoteca Jet Set, han intensificado los trabajos.
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