James Bond, el espía que "no tiene permiso pa' morir"

Cada 5 de octubre se celebra al fino agente secreto que tiene como misión salvar al mundo de cualquier amenaza. Ese día, los fanáticos pueden volver a encontrarse con el veterano agente al servicio de su majestad, aquel con licencia para matar, pero que los productores de las súper taquilleras películas no le dejan ni morir ni retirarse, aunque ya lleva sesenta años en la gran pantalla.

El personaje de James Bond, el famoso agente 007, salió por primera vez en 1953 en la novela "Casino Royale" del escritor y periodista británico Ian Fleming. Bond es un oficial de la Inteligencia Naval británica durante la Segunda Guerra Mundial y luego en la Guerra Fría.

Los libros fueron un éxito, pero no fue hasta que Sean Connery interpretó al agente en "James Bond contra el Dr. No" en 1962, que 007 se transformó en un ícono de la cultura popular. Esa película ya tenía las características de una franquicia que ha recaudado más de siete mil millones de dólares en 25 películas desde los años sesenta.

Lo primero que uno nota son los elaborados títulos de crédito y esa musiquita que todos reconocen, que nos mete de una vez en un mundo de lujo y sofistificación, con un villano siempre presente que sueña con dominar el mundo o llenar sus bolsillos. Pero esos sueños de grandeza siempre son frustrados por nuestro héroe.

El lujo también se ve en los carros de alta gama que 007 usa para las persecuciones, donde los inventos y gadgets que "Q", el científico de la tecnología, le da, le ayudan a salir de los líos.

Como dicen en las ficciones, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Eso aplica a la dieta de James Bond. Caviar beluga, champán Dom Perignon, vodka martinis "agitado, no mezclado" (Shaken, not stirred, en el original) y un sinfín de cigarrillos que fumaba al principio de la saga, no son cosas que un médico le recomendaría a nadie.

También están las famosas mujeres bonitas del universo Bond, por lo general una buena y otra mala, que siempre terminan a los pies de un seductor más interesado en su fama de mujeriego que en el amor romántico.

Esa forma de tratar a las mujeres, como simples adornos o en papeles secundarios, ha hecho que algunos vean a James Bond como un símbolo del machismo pasado de moda. Esto se intensificó cuando Cary Fukunaga, director de "Sin tiempo para morir" (No Time to Die, 2021), la película número 25 de la serie, dijo que el Bond de Sean Connery era "básicamente un violador".

Desde que Sean Connery interpretó al primer Bond, otros cinco actores han hecho el papel, cada uno dándole su toque personal al personaje. Estos cambios reflejan cómo la sociedad ha ido cambiando. Los villanos, que antes eran muy simples, ahora muestran la amenaza de la paz y el temor al holocausto nuclear de la Guerra Fría.

Pero con el tiempo, esos villanos han empezado a mostrar la avaricia, la venganza y las tensiones sociales y geopolíticas actuales. Ya el poder no es solo cuestión de armas nucleares, sino de controlar la información, que se ha vuelto una herramienta de dominación.

En la era del #MeToo, con una sociedad más consciente y crítica, se ha abierto el debate sobre si la próxima película de Bond será protagonizada por una mujer. No hay mucho que se sepa, solo rumores.

Lo que sí parece seguro es que el último Bond tiene un lado más femenino y se aleja del mito masculino que Sean Connery encarnó. Este cambio se vio en "Skyfall" (2012), la primera película con Daniel Craig, donde Bond sale del mar en bañador, en una clara referencia a Ursula Andress en "James Bond contra el Dr. No" de 1962.

Definitivamente, los tiempos han cambiado para la sociedad y los servicios secretos de Su Majestad, que ahora, dirigidos por una mujer, están preparando a sus primeras súper agentes para salvar al mundo de los villanos, ya sean hombres o mujeres.

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