Un corillo de curas dominicanos reafirmaron su misión de llevar esperanza y estar cerca del pueblo en el Santuario Nacional Santo Cristo de los Milagros. Un tro de sacerdotes y los obispos de las 11 diócesis del país se dieron su vueltecita por el Santuario en Bayaguana, Monte Plata, para celebrar el Jubileo Nacional del Clero por el Año Jubilar 2025.
Dijeron que la Iglesia tiene una misión bien clara: seguir apoyando a los pobres, los pequeños, los que están pasando trabajo y los que andan buscando sentido en su vida, porque ellos son el centro de lo que hace la Iglesia.
El encuentro, que lo organizó la Comisión Nacional del Clero de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), empezó con una procesión desde el santuario viejo hasta el nuevo, donde se hizo un momento de adoración al Santísimo.
El padre Francisco Jiménez, que dirige el Instituto Nacional de Pastoral del Episcopado Dominicano, se encargó de dar una charla llamada "El sacerdote, misionero de esperanza". Hablando del nuevo papa León XIV, dijo que la misión de este nuevo pontífice es "ser el Pedro de hoy, que nos recuerda que la Iglesia no puede cerrarse sobre sí misma, que debe dejarse guiar por el Espíritu; que debe ir hacia las periferias, a donde el hambre de Dios clama en silencio".
Añadió que "su elección nos está invitando a ser una Iglesia más misionera, más fraterna, más abierta a la novedad del Espíritu; en un mundo a menudo confundido, fragmentado y violento es para nosotros una señal clara de que Cristo sigue entrando por la puerta, y no por atajos, ni por intereses humanos".
Durante su charla, el padre Francisco Jiménez señaló que, en estos tiempos de incertidumbre y crisis, el sacerdote tiene que ser un guía espiritual que ayude a la gente a encontrarle sentido a su vida y a reforzar su identidad con lo trascendental.
También dijo que el sacerdote tiene que ser un agente de cambio, promoviendo la justicia, la solidaridad y el diálogo entre los diferentes grupos de la sociedad. Resaltó que la Iglesia, como comunidad de fe, ofrece un espacio donde se puede fortalecer la esperanza a través de los sacramentos, la enseñanza y la vida comunitaria. Y exhortó a que este jubileo motive a los curas a seguir siendo testigos del amor de Dios por una humanidad que a veces está metida en la desesperación, la angustia y el vacío existencial.
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