En estos tiempos donde to' el mundo ta' tirando mensajes, publicando cosas, mandando correos y leyendo titulares por to's la'os, uno a veces escribe y habla sin pensarlo mucho. Pero pararse un chin a reflexionar sobre por qué y pa' qué decimos lo que decimos es, hoy más que nunca, un acto de responsabilidad.
Hablar con propósito no es solo cuestión de estilo. Es entender el lenguaje como una herramienta pa' construir, educar, conectar e incluso cambiar lo que nos rodea.
Ahora mismo vivimos en un tiempo donde to'el mundo tiene algo que decir, pero no siempre se dice claro, con respeto ni sentido. En las redes sociales, los medios, el trabajo e incluso en las universidades, hay mucho blablablá sin sustancia, mensajes impulsivos o poco pensados.
Comunicar con propósito significa ser consciente del impacto de nuestras palabras: ¿estamos informando, enseñando, inspirando? O, ¿solo estamos repitiendo lo que otros dicen, sin pensar en lo que eso causa?
Escribir con propósito también implica hacerse preguntas antes de tirar algo al aire:
Cuando un mensaje sale con una intención clara, su impacto se multiplica. Una carta bien escrita puede cerrar un lío. Un correo bien hecho puede evitar malentendidos. Un post en redes sociales, si está bien dirigido, puede educar, mover a la gente o hacerles sentir algo.
El propósito no es un adorno; es el centro de toda comunicación efectiva. Ayuda a decidir el tono, el canal, el contenido y la forma. Y lo más importante: permite conectar de verdad con la gente.
En la escuela, el trabajo o en instituciones, muchas veces se escribe por cumplir. Pero cuando se escribe sabiendo por qué lo hacemos, la calidad sube. Se cuida más la ortografía. Se organizan mejor las ideas. El mensaje se entiende más claro.
Esa es la diferencia entre escribir por cumplir y escribir para comunicar. Entre llenar páginas y dejar una huella.
Desde el cole hasta el trabajo, necesitamos formar gente que entienda que la palabra tiene peso. Que escribir bien no es solo escribir bonito, sino con intención, con empatía, con responsabilidad.
Esto no significa que to' el mundo deba ser un escritor experto, pero sí que cada quien, desde su esquina, sepa usar la palabra como herramienta pa' informar, conectar o cambiar lo que nos rodea.
Porque el lenguaje no solo transmite ideas: también transmite valores.
Ver todo